Editorial AREA 24

 

María Ledesma
Octubre 2018


Como saben nuestros lectores, AREAinscripta en el marco de la Secretaría de Investigaciones de la FADU-UBA– es un espacio de discusión de los compromisos y las miradas propias de la investigación académica: los artículos que integran este número dan prueba de ello, convirtiéndose en reflejo de las diversas facetas de la producción en los últimos años.

En esta edición, AREA incorpora un Dossier llamado Desnaturalizar y reconstruir. Actores, métodos y saberes invisibilizados: el tema nos coloca de lleno en el análisis y reflexión acerca de factores, tendencias y problemas que hacen a la profesión, enseñanza e investigación de arquitectos, urbanistas y diseñadores en tiempos de cambios sociales, ya sea en su expresión epistemológica, disciplinar o práctica.

La invitación, abierta a repensar aquello natural, aquello que imaginariamente configura un orden cerrado fue, de hecho, una invitación a cuestionar las certezas, los cánones y los principios establecidos en las instituciones que albergan nuestras prácticas. Es por eso que abordar el tema de la desnaturalización implica tanto reconocer una escena de disputa, en la que conviven multiplicidad de prácticas y saberes de carácter heterogéneo, como dar cuenta de esas fuerzas y tensiones que operan en nuestro ámbito disciplinar y profesional.

La importancia y urgencia del tema se puso de manifiesto con el resultado de nuestra convocatoria: fueron muchos los investigadores/as nacionales y extranjero/as que nos hicieron llegar sus contribuciones, mucho/as los que no pudieron incluirse por razones de espacio. Como sucede con toda invitación abierta, acudieron a la cita portavoces de variadas procedencias que leyeron la convocatoria desde prismas diferentes. El análisis y recuento de esos prismas es un buen ejercicio para observar las líneas centrales de discusión que apuntan a la revalorización de saberes ancestrales desde una óptica descolonial, a la desnaturalización de modos canónicos de proyectar, de visiones hegemónicas sobre la configuración de la ciudad o a la revisión del canon historiográfico en diversos sentidos.

Seguramente, como toda síntesis, esta organización –esquemática aunque operativa– deja de lado la riqueza de cada uno de los enfoques. Es por eso que nos atrevemos a llamar la atención sobre cruces, puentes e intersecciones entre los artículos que integran el Dossier.

Hay sin lugar a dudas, una revalorización de actores negados, elididos: son actores colectivos, particularmente las mujeres y los destinatarios/usuarios del hecho arquitectónico. Pareciera que en el rescate de esos actores olvidados, se libra la disputa por la legitimación de una nueva hegemonía, de una nueva organización de zonas epistémicas o simbólicas. No menos interesante es indagar en las causales: el olvido puede provenir de los dispositivos proyecturales hegemónicos, de las concepciones con que se elaboran los planes o programas de vivienda en diferentes lugares de Latinoamérica o de la manera en que se escribe la historia y los programas de estudio. Hay también un acarreo de nociones desde otras disciplinas, volviéndolas operativas para aplicar en el campo de la arquitectura y el diseño: sociología de la emergencia, fraternidad, estudios poscoloniales amén del pensamiento complejo que ya es casi un clásico en la investigación en nuestro campo. Hay, por último, autores que hablan de esencias y otros que hablan de carencias pero todos, en general, están dispuestos a rever nociones consolidadas, con instrumentos nuevos.

Se advierte entonces, en este otro modo de situar prácticas y saberes, una apertura de la discusión respecto de las concepciones de la Arquitectura, el Urbanismo y Diseño, del papel de la enseñanza y del Estado en un proceso de transformación en marcha.

Las preocupaciones por la enseñanza ocupan un espacio importante de la Temática General de nuestra edición y a juzgar por los artículos seleccionados el interés no está centrado en técnicas y estrategias didácticas sino en la manera de concebir el proyecto y el quehacer arquitectónico. No se espere homogeneidad en los abordajes: cada uno de ellos representa una concepción difente. De los tres artículos que abordan el tema, dos se ilustran con trabajos de estudiantes. El análisis de la fundamentación, las consignas de trabajo y de las producciones, ponen de relieve esas diferencias aunque ambos busquen oponerse a concepciones fuertemente instituidas respecto del lugar. El tercero, en otra dirección, discute con el valor absoluto que suele otorgarse a la función. Al compararlos, resulta tentador hacerlos dialogar entre sí para poner de manifiesto la peculiaridad de cada una de las voces.

Un artículo estructurado alrededor de la figura de Otto Koenisberger pone de relieve el derrotero de la arquitectura tropical en Costa Rica y la atenuación pedagógica en sus programas y narrativas de la influencia del colonialismo británico. Propuesto por su autora para el Dossier de la revista, ha sido incluido en la Temática General, al igual que el referido a Juan Kurchan, por una decisión editorial: configurar un tríptico de personalidades como hilo conductor de problemáticas de la arquitectura y el urbanismo.

Los otros dos artículos, el ya mencionado sobre Juan Kurchan, y otro sobre Juan Antonio Molina Serrano, problematizan aspectos recurrentes en el pensamiento sobre la ciudad: los planes de renovación urbana y las alternativas de intervención en el patrimonio construido.

Esas preocupaciones por la ciudad, aparecen también en el resto de los artículos que integran la revista: uno de índole histórica, analiza el advenimiento de los pabellones colectivos en la ciudad de Corrientes, Argentina mientras un segundo, crítico analítico de los planes de vivienda en México, los recorre desde la perspectiva de la bioética y un tercero, describe e interpreta los procesos de transición entre el código de Planeamineto Urbano y la ciudad construida en dos barrios de Buenos Aires. Los dos artículos restantes se preocupan por las representaciones de y en el espacio público.
Un recorrido por propuestas publicitarias, pone de manifiesto el lugar del espacio simbólico, desmontando los modos en que el centro piensa la periferia recurriendo al espacio y sus habitantes. El segundo artículo recorre representaciones contrarias: a partir del movimiento UBA de Pie, muestra maneras alternativas de apropiarse del espacio público.

No puedo dejar de mencionar un tema que aparece en el horizonte de muchos de los artículos tanto del Dossier como de la Temática General. Me refiero al desarrollo. Ya sea en foco o de soslayo, el tema se extiende, se solapa en el material que conforma la revista: ponerlo en juego, cotejar los puntos de vista, dialogar con las propuestas puede ser una estrategia de lectura posible para quienes estén convocados por el tema.

Tal es nuestro índice comentado.

Es nuestra intención dejar de manifiesto que consideramos la edición como otro de los procesos en que se construye colectivamente el saber; desde ese punto de vista otorgamos un lugar importante al proceso de intercambio con los autores y estimulamos también el cruce entre ellos y los lectores. Nuestra lectura de los artículos, la detección de líneas de fuga y de convergencia, va en ese sentido. En otras palabras, la discusión y el intercambio prevalecen ante la idea de editores, autores y lectores solitarios. Nuestra línea editorial respetuosa de las leyes del referato, ve en la evaluación por pares el primer paso hacia el debate de ideas. Pero vamos más lejos aún. Aspiramos a un debate franco y abierto porque creemos en el poder de la confrontación de ideas. Es por eso que reiteramos la invitación: la sección debates de nuestra página web está a la búsqueda de lectores/autores con ánimo de intercambiar ideas, de debatir sobre los conflictos anudados y por desanudar que se les presentan a la Arquitectura, el Urbanismo y el Diseño, en estos tiempos ■