Tres territorios fluviales urbanos re-imaginados desde la didáctica proyectual


Universidad de Buenos Aires
Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo
Universidad de La Matanza
Departamento de Ingeniería e Investigaciones Tecnológicas

Universidad de Buenos Aires
Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo
Universidad de La Matanza
Departamento de Ingeniería e Investigaciones Tecnológicas

Resumen

La multiplicidad y complejidad presente en territorios urbanos integrados a sistemas fluviales –particularmente sobre la cuenca Paraná-del Plata– invitan a develar presencias tangibles y latentes condensadas en sus paisajes. Unas veces evidentes, y otras, sutiles interpretaciones, estos hallazgos resultan valiosos sustentos desde los cuales construir sentidos y repensar contextos que orienten el aprendizaje del proyecto de escala urbana.
El sendero de indagación planteado, habilita aperturas desde una elaboración didáctica organizada alrededor de dos conceptos catalizadores: fluvialidad y utopía.
A través de los campos que estos catalizadores involucran, se tornan disponibles múltiples registros para pensar proyectos profundamente integrados en un ámbito donde confluyen geografía, ciudad, política y cultura. Es esta confluencia la que fundamenta nuestra interpretación de lo urbano, la cual entendemos se manifiesta en la materialidad del paisaje en tanto reflejo de su territorio.
Bajo estas premisas, el objeto del artículo es divulgar nuestra experiencia docente en el abordaje del proyecto urbano, con interés en dejar registro documental de este proceso y dar cuenta de los enfoques disciplinares, del posicionamiento pedagógico, de las estrategias desplegadas, y fundamentalmente, de la sensibilidad particular desde la cual es posible abordar la didáctica del proyecto urbano con el objetivo de repensar la práctica y el aprendizaje en la carrera de grado de Arquitectura.

Palabras clave
Territorio, Paisaje, Fluvialidad, Utopía, Proyecto Urbano

Recibido
9 de diciembre de 2020
Aceptado
30 de marzo de 2021

Introducción [1]

La premisa de este artículo es divulgar nuestra experiencia docente en el abordaje del proyecto de escala urbana, desarrollada desde una didáctica que se enfoca sobre territorios integrados a sistemas fluviales. Esta experiencia fue transitada durante una serie de ejercicios cuatrimestrales (2015-2019) en el marco de la asignatura Proyecto Urbano (PUr) en la Cátedra Pedemonte, de la carrera de grado de Arquitectura dictada en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en cursos para estudiantes del último año de la carrera.

Junto con la presentación de una selección de trabajos de estudiantes, emergentes de esta experiencia, nos interesa dejar registro documental de este proceso y dar cuenta de los enfoques disciplinares, del posicionamiento pedagógico, de las estrategias didácticas, y fundamentalmente, de la sensibilidad particular desde la cual es posible abordar el proyecto urbano con el objetivo de repensar la práctica y el aprendizaje, tomando al campo fluvial como una oportunidad de apertura y ampliación de referencias respecto de la temática que nos convoca.

En primer término establecer que un sistema fluvial implica, como definición geográfica, una conjunción inseparable de procesos entre fuentes originarias, cursos de agua vinculados (principales o afluentes, emisores y/o receptores de caudal), orografías que esos cursos atraviesan, junto a una extensa enumeración de elementos interrelacionados que se articulan en la delimitación de cuenca, como unidad de un sistema fluvial determinado (Elosegui, 2009, p. 73); en consecuencia definimos Territorio Fluvial Urbano como el espacio habitable urbanizado que se configura (de manera planificada o espontánea) en torno a un lugar específico de la cuenca, el cual queda bajo la influencia de las lógicas del sistema fluvial al que refiere. Asimismo se desarrolla sobreponiendo o adaptando la morfología de esa configuración urbana a instancias geográficas (litoral fluvial, barrancas, meandros, desembocaduras, remansos), de uso (ordenamiento político-jurisdiccional u operativo de cruces, puertos y demás infraestructuras), y culturales (construcción identitaria, apropiación común de un registro del paisaje, reconocimiento de una historia colectiva).

Dentro de nuestra propuesta, los territorios urbanos asociados estructuralmente a sistemas fluviales (en particular de la cuenca Paraná-del Plata) extienden una invitación a descubrir aspectos tangibles y latentes en dichos contextos; estas presencias, unas veces evidentes, y otras, sutiles interpretaciones, resultan valiosas referencias desde las cuales construir sentidos y repensar contextos en el aprendizaje del proyecto de escala urbana. De modo que, los descubrimientos y aperturas del campo de indagación implicados en la referencia fluvial, permiten y ponen de relieve multiplicidad de cualidades que se tornan disponibles para pensar proyectos profundamente integrados en un entorno donde confluyen geografía, ciudad, política y cultura. En esta confluencia se fundamenta nuestra interpretación de lo urbano como nodo de interdeterminación mutua entre las instancias puestas en juego, que por otra parte se manifiestan en la materialidad del paisaje en tanto reflejo de su territorio.

Catalizar la didáctica de Proyecto Urbano

Observaciones y antecedentes

Al iniciar cada cursada de PUr, planteamos a los estudiantes (provenientes de diversas cátedras de origen) preguntas y esquicios breves sobre consideraciones básicas respecto de la ciudad y las condiciones que hacen a lo urbano. A través de los sucesivos cursos, asistimos a la reiterada constatación de que las respuestas –y posteriores conceptualizaciones– presentan una aproximación disciplinar a la ciudad que podríamos caracterizar como reconocimientos pasivos y objetuales, por ejemplo, ponderaciones en compartimientos estancos de condicionantes funcionales, codificaciones urbanas o morfologías estrictas (que inducen al abordaje del contexto urbano como temática subsumida al ejercicio proyectual), carentes de enfoques sistémicos. Cierta compartimentación que dificulta –a nuestro entender– la incorporación de nuevas y diferentes escalas y complejidades de aproximación –no ensayadas aun por los estudiantes en los cursos anteriores– asociadas a lo urbano, al paisaje y a los procesos territoriales; y que habitualmente deviene en extrapolaciones precipitadas de las referencias conocidas. Este antecedente de atomización de las instancias que consideramos constitutivas de lo urbano –a las que ya referimos como vínculo entre geografía, ciudad, política y cultura– obtura posibles nuevas percepciones que complementan conocimientos parciales previos ligados a la especificidad de lo urbano.

En esta dimensión, la finalidad didáctica de la propuesta para PUr es la integración de sentido y significación de un proyecto urbano –propuesto por los estudiantes– arraigado a su territorio y paisaje de manera inescindible como premisa fundante.

Catalizadores y desplazamientos

Sobre la base de las observaciones y antecedentes recopilados, y como estrategia de trabajo para cada nuevo curso de PUr, ensayamos maneras que oficien de guía para los estudiantes, colaboren en la aproximación a la dimensión urbana y eviten así el traslado lineal de factores ya asimilados en sus experiencias proyectuales previas. Al mismo tiempo, propicien la incorporación de aquello nuevo que se desconoce sobre la temática del curso.

En este camino de enseñanza específica de la dimensión urbana, nos propusimos asociar dos catalizadores para una didáctica del proyecto, con la decidida intención de activar desplazamientos de los lugares comunes desde donde se plantean los ejercicios en el marco de acción referido.

Estos catalizadores son dos conceptos con sus propios campos de acción:

> Utopía, planteada como horizonte de trabajo: un pensamiento que es esencialmente exploración de lo posible, del mundo que no es pero que se desea que sea, a partir del cual reelaborar las interpretaciones de paisajes y territorios hacia propuestas que incorporen la integralidad de las geografías urbanas y periurbanas. La utopía, asimismo asociada a la dimensión intangible (de imaginarios, visiones, interpelaciones al presente y a la historia) desde la cual imaginar, conceptualizar y proyectar. En síntesis, la utopía como vehículo de intensificación y de comprensión integral, que permita reconocer un campo poco explorado como emergente inicial, y se incorpore de manera multidimensional en el desarrollo de los proyectos. Este catalizadorbusca profundizar la aproximación a lo urbano buceando en la reflexión y la creatividad como actitudes fundantes de las propuestas de intervención en las ciudades.

> Fluvialidad, (como articulación propia a la construcción del curso) que implica un universo tangible como materia de integración perceptiva y proyectual, puesto que lo fluvial condensa de manera sistémica una trama con la cual desarrollar los conceptos urbanos a tratar, compuesta por relaciones interdependientes con diferentes gradientes interpretativos, cualificaciones y modalidades de abordaje. Planteo que da lugar a la exploración del estudiante de un campo de investigación que convoca permanentemente al cruce, a lo múltiple y simultáneo, y que por otra parte despliega la posibilidad de desagregación de la información disponible para una interpretación subjetiva, y no obstante, racional.

En esta conjunción, el desplazamiento utópico busca construir horizontes para la ideación de imaginarios futuros nutriéndose del registro de descubrimientos. En tanto, el desplazamiento fluvial procura integrar en el proyecto urbano aquello que la investigación vuelve disponible para reinterpretarlo en clave disciplinar. De este modo confluyen la reflexión utópica, lo investigado en relevamientos y registros de lo existente (el pasado y el presente, las prácticas sociales, la valoración cultural), con un ordenamiento jerárquico y sistémico que integra al proyecto desde las lógicas fluviales como eje propositivo y, a la vez, como estrategia de introyección.

Los ejercicios elaborados a tal fin, se apoyan operativamente en la investigación que los estudiantes llevan a cabo sobre paisaje y territorio (relevando, registrando y articulando una caracterización del ámbito de estudio); entretanto los conceptos catalizadores operan como cristales que magnifican las cualidades a desarrollar e introyectar en el aprendizaje del proyecto urbano.

Utopía y fluvialidad, habilitan y predisponen a un estado de novedad en el pensamiento proyectual, capaz de sobrepasar la dificultad que presenta la nueva instancia disciplinar –lo urbano– y poner en valor los aprendizajes ya adquiridos por los estudiantes respecto de las lógicas y las maneras que supone el proyecto, que como vimos, hasta esta etapa –fueron por lo general– solo invocados desde y para la escala arquitectónica. El desafío es ahora, potenciarlos y repensarlos en la nueva escala de intervención: investigar sobre las nuevas cualidades programáticas o de uso implicadas, las lecturas reescaladas a la necesidad ampliada de la ciudad, a las relaciones contextuales a resolver, entre otras.

Algunas consideraciones importantes acerca de la utopía

La utopía de hoy se convierte en la realidad de mañana
(Benedetto Croce citado en Aínsa, 1999, p. 38)

Para nuestra concepción, utopía no constituye un género de evasión; sino que busca estimular la reflexión sobre una determinada época y orientar la imaginación hacia lo que podría ser, debería ser, concebido en función de los valores imperantes en una sociedad (Mondragón González, 2005).

Se trata de una condición de necesidad o insuficiencia que se torna consciente y genera una actitud de investigación característica, una anticipación hacia el futuro. El tiempo, por lo tanto, es la dimensión característica del espíritu de la utopía, cuyo sentido es la exploración de lo posible y la anticipación de lo no aún de otros mundos escondidos en los pliegues de la realidad, que se anuncian a través un estado de necesidad o carencia (Bloch, 2004).

Insatisfacción y esperanza son motores que empujan a forzar las fronteras de lo existente y asomarse más allá de lo establecido y determinan la primacía del futuro sobre otras dimensiones temporales. Porque la utopía, según Fernando Aínsa, sobre cuyas ideas reflexionamos,

no se limita a ser la construcción imaginaria de un mundo posible, sino que es una forma de percibir y analizar la realidad contemporánea. Entre la topía desde la que se propone y la utopía proyectada hay siempre una interacción dialéctica. A partir del dualismo antinómico entre realidad e idealidad se puede hablar de intención utópica, es decir, del hecho común a todas las utopías: proponer con una negación del presente una posible imagen del futuro (Aínsa, 2004, p. 20).

Uno de los aspectos que nos interesan es su capacidad de subversión, debido a su carácter de proposición alternativa, que le permite expresarse de manera dual: como crítica de lo existente y como propuesta de lo que debería existir. Responde asimismo a dos tendencias espirituales del hombre: la curiosidad por el futuro y la necesidad de tener esperanza (Aínsa, 2004).

Otro aspecto relevante es la dialéctica que establece entre presente y futuro, por su carácter crítico que es el que posibilita la superación del presente.

Es en el interior de un proceso determinado que las posibilidades enunciadas se vuelven posibles. Por lo tanto, si la función utópica ha sido la misma a través de los siglos, las que han variado son las respuestas y los modelos propuestos. Los contenidos utópicos se mueven en el interior de la historia que los engendra, es decir, la utopía es la forma o contenido concreto y positivo de las ideas directamente ligadas a la posición histórico-social en la que surgen (Aínsa, 2004, p. 21).

Y en este sentido su aporte se actualiza.
En síntesis, el pensamiento utópico es esencialmente exploración de lo posible, del mundo que no es pero que se desea que sea y por ello resulta pertinente y potente como estrategia proyectual innovadora.

En consecuencia, sumergirnos en la dialéctica utópica planteada tiene como correlato didáctico proponer climas de reflexión proyectual en un contexto físico que nos permita disponer de cualidades, donde el futuro a ser imaginado tenga un arraigo cierto desde el cual concebirse.

Los territorios fluviales nos confrontan desde la multiplicidad de percepciones, interpretaciones y comprensiones, con una territorialidad afín a nuestro encuadre didáctico, en el cual desarrollar la ejercitación del proyecto urbano a través de estos catalizadores, utopía y fluvialidad.

En simultáneo agregar que, respecto de las reflexiones urgentes del proyecto urbano surge también la necesidad de repensar el territorio fluvial –y no solo– por fuera de las lógicas mercantilistas que lo utilizaron como desaguadero industrial o lo consideraron fuente de extracción ilimitada, y hacer un llamado a la concientización sobre la creciente responsabilidad que tenemos sobre la naturaleza y las generaciones futuras, ya que arriesgamos con dejar un mundo destruido e inhabitable. Se presenta asimismo la idea de restaurar-conservar de una utopía que comprendió la importancia de custodiar y respetar el mundo en el cual vivimos. 

Y, sin embargo, a pesar del estado de las cosas, seguir buscando la isla feliz (Monetti, 2011) constituye una dimensión inalienable de nuestra existencia. 

Referencia fluvial: una cualidad vincular hacia interpretaciones urbanas del territorio

En nuestra experiencia de ejercitación en el taller, los sistemas fluviales despliegan articulaciones territoriales complejas –en múltiples capas de conformación– y también despliegan lógicas que nos resultan asimilables con aspectos estructurales de los sistemas urbanos a desarrollar en el curso.

Esta estrategia didáctica de asimilación nos permite introyectar condiciones de lo urbano en consonancia con lo fluvial, y fundar reflexiones desde las cuales formular los planteos de la propuesta proyectual a desarrollar en una atmósfera integrada. Planteamos la vinculación entre sistema fluvial y sistema urbano destacando que las características de los sistemas fluviales ponen en evidencia lógicas y procesos de ocupación territorial –inicialmente consolidadas desde la geografía, aunque no solamente–, a ser cultivados como nutrientes de los proyectos en gestación. De este modo, los estudiantes cuentan en sus procesos con un espesor de reflexión desde el cual conceptualizar, imaginar, configurar y expresar disciplinariamente lo investigado en sus proyectos.

Las características fluviales sistémicas que despliegan valoraciones urbanas centrales a nuestra propuesta son de este tenor:

> Sistemas longitudinales (de cauce o curso) del que se refieren densificaciones, características territoriales análogas reconocibles en tramos de naciente, o transiciones, de afluencias, de saltos, bifurcaciones o desembocadura.
> Sistemas transversales (cuenca en cuanto a sistema de pendientes que descargan aguas lateralmente hacia el cauce) desde el cual se desprenden topografía y cotas, reconociendo en los ríos de llanura meandros, pendientes, barrancas, costas o vados.
> Sistemas asociados al flujo de agua (según pautas estacionales o cíclicas), regulando y explicitando caudal, velocidades, depósitos sedimentarios o erosión, que se reflejan en organizaciones geomorfológicas, y donde se verifican los terrenos de transición, como llanuras de inundación (terrenos bajos), humedales, entre otros.

Cada una de estas variables plantean la posibilidad de ser reformuladas en aproximaciones concurrentes entre río y ciudad. De este modo, cada posible articulación fluvial establece reflexiones a retomar en los ámbitos político-jurisdiccionales; en las lecturas espaciales, identitarias y paisajísticas; en consecuencias funcionales y operativas; en los registros histórico-culturales e idiosincráticos. Reconocer procesos y lógicas en los entornos fluviales como universo organizado permite comprender dinámicas naturales y urbanas de manera sistemática, cuyos ordenamientos físicos y ponderaciones intangibles pedimos interpretar en un esfuerzo de contextualización, que surge del proceso de investigación. Algunas de las integraciones entre características fluviales y reflejos urbanos planteados en esta propuesta didáctica se sintetizan en los siguientes puntos:

> Las referencias longitudinales del sistema fluvial se asocian al sistema económico-productivo regional, reflejando lógicas urbanas respecto de la distribución de densidades en tanto las caracterizaciones productivas de los emplazamientos urbanos refieren a sus posiciones en la cuenca (alta-baja-media), y las consecuencias territoriales que estas densidades desarrollan.

> Los modos en que los sistemas transversales alumbran núcleos urbanos históricos, referidos a pasos de cruce del cauce o vadeos, tramos de intercambio (bifurcaciones o afluencias) o de desembocadura. Estas referencias fluviales desarrollaron en el tiempo focos urbanos sobre los cuales se construyeron infraestructuras (puentes, puertos, usinas de energía, barracas o depósitos), usos de apoyo y operación (centros administrativos y de control), procesos de crecimiento de funciones comerciales y de distribución (centros de intercambio, tejidos de servicios secundarios), nuevos requerimientos de habitación (vivienda temporal o fija), entre otros; presencias y procesos que cristalizan características específicas de lo urbano, y se proyectan en identidades, imaginarios, paisajes, pero también en estructuras troncales de transporte, cruce y abastecimiento.

> La articulación de dinámicas entre las temporalidades cíclicas de las cuencas y las dinámicas oscilantes propias del habitar (modificaciones orográficas producidos por depósitos sedimentarios u erosiones estacionales, las migraciones por actividades de temporada, la ampliación estacional de las superficies de agua/tierra que provocan desplazamientos de flora o fauna, los ciclos económicos variables de auge y depresión de la actividad productiva). En consecuencia, poner el foco en la variabilidad del territorio fluvial para poder incorporarla a los criterios de intervención.

> El registro y la identificación de las espacialidades emergentes a los encuentros entre lo urbano y lo fluvial; por ejemplo, caracterizar los perfiles costeros, bordes y límites como participantes esenciales de los sistemas litorales; identificar sectores y subsistemas específicos según el tramo de cuenca donde se ubican; reconocer paisajes característicos con relaciones cualitativas y escalares entre las márgenes; diferenciar lo terrestre de lo líquido y lo anfibio como cualidades de interpretación.

Concertación de una guía de orientación

Fundamentos didácticos

La experiencia relatada tuvo lugar en la Cátedra del Prof. Arq. Marcelo Pedemonte [2], ámbito en el cual la aproximación al proyecto siempre se planteó desde la sensibilidad subjetiva y colectiva que encarna en los estudiantes, y que –en términos generales– fuera visitada en ediciones anteriores de AREA (Stekar, 2018 y González, 2019). La imprecisión como apertura disciplinar, el ensayo en tanto modo de operar del proyecto, el respeto a la referencia contextual, el posicionamiento sincrético para materializar comprensiones, son construcciones a las cuales adherimos. Podemos sintetizar la atmósfera de búsquedas de la cátedra en las citas sobre nuestra disciplina, considerada una “ciencia inexacta, maravillosamente compleja y contradictoria” y sobre la docencia del proyecto, mencionando que “la exploración es el baluarte del aprendizaje” (ambas citas en Pedemonte, 2011).

Dentro de este marco, la propuesta esencial del curso consiste en que los estudiantes desarrollen su propio pensamiento, en un espacio que ofrezca posibilidades de prueba y error, con tanteos y bifurcaciones susceptibles de ser revisitados y reformulados permanentemente (Astolfi, 2004, p. 16) como parte de un colectivo amplio y abierto, en el que el aprendizaje se propone como horizonte y, donde el conocimiento intenta ser siempre fruto del camino recorrido.

Diseñar, proyectar, implica un entendimiento que no es único, aportado por la sensibilidad personal y fomentado desde la autonomía del estudiante y su unicidad (Freire, 2002), dentro de las posibilidades de actuación del taller y de la cátedra como organismo colectivo e inclusivo y fundamentalmente como un lugar de trabajo, que posibilita interacción y cooperación como estrategias para superar conjuntamente una variedad de conflictos (Astolfi, 2004). Por ello valoramos no solo el resultado final, sino particularmente el proceso del proyecto.

Como señala Jerome Bruner (1997), resulta imprescindible inscribir la enseñanza dentro de lógicas que permitan orientarla y sentar las bases en torno a principios que den sentido a las prácticas. En el desarrollo de objetivos generales, nuestra posición y comprensión del proyecto urbano –que es el núcleo del ejercicio didáctico– es el resultado de un proceso de integración de lecturas, interpretaciones y respuestas, cuyo fin es introducir a los estudiantes en nuevas instancias de abordaje proyectual; parte de ese proceso procura concertar como orientador disciplinar una triada, guía en la estructuración de cada cursada, compuesta por:

1. Los enlaces entre territorio urbano y geografía que permiten desplegar una conciencia arraigada al lugar desde donde poder pensarlo, entenderlo e imaginarlo.
2. El rol relevante del paisaje identitario y su significación, en tanto facultad para interpelar (al paisaje como a su significación).
3. La incorporación de narrativas histórico-culturales que oficien como brújulas discursivas del proyecto.

En este sentido, resultó clave materializar una secuencia de experiencias mediante una serie de cursos insistiendo en ámbitos fluviales, ya que devino en una variedad de reflexiones en cuanto a lo urbano, al paisaje, a los discursos, y en una caracterización de sus puntos más salientes, en tanto cada uno de ellos pone a disposición aspectos conceptuales abiertos (no necesariamente situados), en simultáneo la especificidad fluvial invita a explorar modos particulares de encarnar los conceptos, en situaciones precisas y concretas, desarrolladas previamente. Esta especificidad brinda una oportunidad particular para canalizar la experiencia didáctica que otras territorialidades no ofrecen o al menos no lo hacen con la misma intensidad, en los términos que proponemos.

Parte del camino propuesto consiste en recuperar los enlaces geográficos del territorio urbano. Del mismo modo, incorporar a las lecturas proyectuales los causantes significativos de la configuración antrópica (que responden a las lógicas topográficas, a los sistemas fluviales, a los vínculos físicos con redes urbanas regionales o interregionales, a las necesidades de abastecimiento fundamentales para la vida urbana) y sus derroteros históricos, como por ejemplo, la localización de fuentes de agua, tendidos con centrales energéticas o actualmente con redes de comunicación digital.

Con la intención de poner en valor los significados del paisaje identitario, se realiza una aproximación inicial de relevamiento. Este reconocimiento y registro intencionado, se consolida como espacio de intervención del proyecto, que encuentra en la conceptualización el reflejo del campo territorial, tanto en la esfera del imaginario individual como en el saber colectivo del conjunto del taller.

Esta aproximación refiere a conformar un conjunto compartido de significados y valoraciones, del cual participan las interpretaciones de los integrantes del curso. De modo que cada estudiante devela su comprensión y la traduce en instancias gráficas que pueden oscilar entre montajes, hallazgos formales o composiciones y que tienden hacia el lenguaje de la representación disciplinar. Esta operatoria tiene la virtud de poner a disposición cierta inasibilidad del concepto de “significación” respecto del paisaje, para pensar el ejercicio proyectual.

Como ejemplos de estas interpretaciones podemos mencionar: unicidad situada, tramos del curso de identificación de usos, naciente-desembocadura, focos particulares (puentes y cruces, encuentros o bifurcaciones de cauces), usos que desarrollan edificaciones sensitivamente pregnantes (aspectos visuales, olores, sonidos, entre otros). Al mismo tiempo, se incorporan las narrativas históricas –tanto hegemónicas como alternativas o populares– ya que posibilitan valoraciones temporales de los entornos edificados, de sus contextos específicos y relativos. Así también se constituyen en una herramienta de comprensión (del lugar y su cultura) como marco del ejercicio de aprendizaje.

En resumen, pensar al proyecto urbano como una encrucijada que plantea la integración de las relaciones del universo construido con las dinámicas culturales y temporales, de las intervenciones con su contexto geográfico, de las construcciones locales o barriales con las infraestructuras metropolitanas. Un dilema que nos interpela y que requiere poner a disposición de los estudiantes herramientas con las cuales pensar e imaginar, ponderar para resolver, comprender desde dónde se propone e introyectar para proyectar.

Herramientas particulares de trabajo

Mencionamos a continuación, algunas de las herramientas con las que hemos trabajado durante el curso, y sus cualidades salientes:

Constelaciones de sentido

Retomamos las ideas de Walter Benjamin (2012) respecto de la noción de constelación, que nos permiten descomponer-recomponer la idea de totalidad, entendida desde la organización entre las relaciones que sus partes configuran. En el mismo sentido la metodología sensible e intuitiva de Aby Warburg (2010) permite construir conjuntos que transitan por fuera de las matrices convencionales pero que logran adquirir sentidos propios. En consecuencia, en un giro que pondera valoraciones estéticas sobre el campo de lo perceptible, se descubren tanto relaciones inéditas, como configuraciones de los ensambles o montajes propuestos. Esta manera de enfocar en las relaciones de partes más que en la totalidad que las partes componen, sirven al curso para pensar el lugar desde esas configuraciones relacionales (a ser planteadas y desarrolladas por los estudiantes), que distinguen sistemas y subsistemas (de relaciones próximas y distantes, micro y macro, presentes o pasadas) desde valoraciones y jerarquías que organizan las secuencias de producción distinguiendo las diferentes etapas (de lectura y relevamiento, de comprensión, de ensayo, de configuración). Estas construcciones ordenadas de sentido, serán volcadas en un decálogo preliminar que dará cuenta de una ponderación valorativa de los elementos que conforman la constelación, que organiza y sustenta cada proyecto, y consolidan una percepción colectiva del taller en su conjunto.

Escalaridad múltiple

Presente en trabajos que se van solapando temporalmente. Las escalas varían de acuerdo con las temáticas a desarrollar. De manera tal que en cada etapa de trabajo haya múltiples escalas de aproximación con las cuales pensar y producir el proyecto.

Montajes del paisaje

Como herramienta de producción y reflexión, que permite reconocer, intervenir, crear y recrear climas o atmósferas en las cuales consustanciar y reflejar las identidades relevadas y las propuestas que participarán de estos reconocimientos. Es en estos elementos que se sugiere de qué manera, con qué sensibilidad, desde cuáles programas, con qué personajes, entre otros.

Secuencia de intensificación

Por medio de la cual se avanza sucesivamente sobre planos expresivos más profundos. Consiste en ir quitando los velos de la contemplación e interpretación subjetiva, hasta tornarla totalmente visible y comprensible para todos. En este camino que transcurre desde la sustancia hacia la expresión hay un hacer del pensamiento con cierta artesanalidad conceptual [3]. Este hacer artesanal, sustenta el desarrollo del taller, la integración del proyecto sucede al solapar las instancias del camino, sus escalas y perspectivas, y lograr una decantación materializada disciplinarmente.

Didáctica Aplicada

Muestra de trabajos realizados

Presentamos a continuación tres territorios fluviales urbanos, en los cuales emplazamos los ejercicios cuatrimestrales de PUr (desarrollamos en las descripciones particulares los criterios de selección del sitio y las temáticas aplicadas). Estas ubicaciones, en todos los casos, devienen en territorialidad relacional definida entre sólido y líquido, entre naturaleza y artificio; y habilitan las variantes de abordaje a las problemáticas ya referidas previamente.

Como matriz constante en la estructura de los ejercicios, consideramos el aprendizaje proyectual –dentro de los fundamentos, marcos y pautas mencionados en el título anterior– desde la especificidad del contexto y los elementos particulares que cada lugar devela al investigarlo. Los ámbitos escogidos para cada ejercicio compelen a precisar líneas de continuidad en la práctica docente, con las cuales construir: conceptualizaciones sólidas y discursividades coherentes, junto con herramientas de trabajo que tienden a consolidarse en el recorrido transitado; estas instancias de maduración (reflejadas en conceptos, discursos y herramientas) las planteamos como objetivos generales a todos los cursos presentados.

Finalmente, y a modo de clarificar la pertinencia de los trabajos presentados, indicamos que el criterio de selección se centra en los siguientes ítems:

> Reconocimiento en los trabajos de los ejes troncales fluvialidad y utopía, y sus aplicaciones proyectuales coherentes a las comprensiones realizadas.
> Profundidad del abordaje del proyecto urbano, destacando las propuestas que logran articular los objetivos de construir conceptualizaciones, discursos y herramientas con solidez y coherencia.
> Innovación de respuestas que se integran en el proyecto respecto de las problemáticas puestas en juego por la ubicación, por el sistema fluvial particular, por el programa y por las escalas planteadas.

Desembocadura del Riachuelo en el Río de la Plata Dock Sud [4]

En el curso de 2015 trabajamos en la desembocadura del Riachuelo en el Río de la Plata, interviniendo en uno de sus márgenes, donde se ubica actualmente el Polo Petroquímico Dock Sud.

La experiencia permitió desarrollar aspectos de la territorialidad fluvial –de la ciudad de Buenos Aires– que abordan la vinculación natural río-ciudad y la configuración del frente fluvial urbano, tendientes a la remediación medio ambiental, así como a sustentabilizar un escenario clave: la desembocadura.

Resulta oportuno hacer mención que la elección del área supuso tomar la utopía como horizonte, como una manera de revertir las urgencias ambientales vigentes en un territorio tan fuertemente degradado. Recuperar la cuasi isla que ocupa la refinería y proponer en ella una Ciudad Fluvial, no solo en términos paisajísticos sino también mediante la incorporación de la condición dinámica y cambiante de las aguas, de sus posibilidades de uso, de vinculación, de saneamiento, y a partir de estas variaciones entrever una posible reconfiguración de las dinámicas sociales, del uso del espacio público y de los recursos naturales.

La primera decisión sustentable fue la elección del lugar: donde actualmente la ocupación de suelo compromete la seguridad del área (con contaminación y riesgo potencial de accidentes, degradación del ecosistema, explotación del suelo para beneficio económico privado) proponer un paradigma urbano sustentable. La ubicación elegida y su natural nexo con la ciudad actual, permite un ensayo de los distintos gradientes de densidad urbana, de apertura, de configuración de frente fluvial, de continentalidad, entre otros, e intenta poner fin a un conflicto histórico de la ciudad, enunciado pero no resuelto por los proyectos anteriores.

El escenario (pluri jurisdiccional, costero, remate del Riachuelo y su configuración de Portal Urbano, próximo a la Reserva Ecológica, zona de conflicto ambiental, entre otros) brinda una oportunidad única para el desarrollo de estrategias proyectuales que aborden el vínculo con el río, pongan en valor e impacten en la cualidad y calidad del espacio urbano a través de la creación de un Distrito Ecológico Dock Sud.

Las diferentes propuestas (Figuras 1 a 4) desarrollan una serie de conceptos que caracterizan la territorialidad fluvial, a saber:

> Condición dinámica y cambiante de las aguas: que se expresa mediante la conformación de piezas urbanas flotantes, flexibles, complementarias y acoplables. 
Esta condición permite usos temporarios, estacionales o cíclicos, como así también su crecimiento y modificación a futuro. Habilita también posibles reconfiguraciones mediante la utilización de los mismos recursos y garantiza su adaptabilidad a los cambios naturales o planificados.

> Potencialidad energética: que se despliega en la utilización del espacio acuático como generador de energía, como medio de transporte y como vínculo de acceso a la ciudad desde el río. Se incorporan también mecanismos que permiten mitigar la contaminación, mediante la circulación y recirculación, el reciclado por acción bioquímica y natural.

> Aspectos geográficos: que consideran las lógicas de las mareas y sus territorios inundables con sus variaciones diarias, semanales, mensuales y anuales que se manifiestan en los gradientes de la relación tierra-agua. como así también por medio de la incorporación en las propuestas de bio sistemas y humedales.

> Dinámica sedimentaria: que resulta del comportamiento de los ríos de llanura y de su capacidad de construir mediante la acumulación, que incluye el fenómeno hidrotérmico de contracorriente o deriva litoral.

> Cualificación mutua: que surge como resultado de las propuestas en su interacción territorial y se nutre de las cualidades paisajísticas propias. Aquellas espaciales, como horizontalidad, el particular vínculo entre el cielo y la tierra, o el cielo y el río. Pero también aquellas específicas del territorio acuático, como el brillo, el reflejo, la transparencia, la permeabilidad.

Frente costero del Río de la Plata

En el curso de 2016 trabajamos en el frente del Río de la Plata. La intervención –fluvial y costera– planteaba la configuración del frente urbano fluvial, la articulación con el puerto y el aeroparque, la remediación de una zona de conflicto ambiental, la relación con el barrio Padre Mugica (Barrio 31), las infraestructuras ferroviarias y viales, el aeropuerto y los complejos recreativos privatizados, como Costa Salguero, entre otros temas.

La propuesta requería la resolución de la vinculación transversal ciudad-río y borde-trama; nuevos emergentes de infraestructura; desconexión y desinterés municipal y político que afectan amplias áreas con un potencial paisajístico imponderable; dificultad de apropiación programática de lo ajeno, de lo extraño, entre otras.

Las propuestas se ocuparon de la conformación y reconfiguración de un frente urbano costero, que encarna la relación entre ciudad tradicional y ciudad fluvial. Las propuestas debieron adaptarse a una normativa ecológica-sustentable y funcionan como ejemplo de aplicación, a modo de modelo vivo y de ensayo uno en uno, de esas premisas.

Las propuestas (Figuras 5, 6 y 7) articulan distintas escalas y usos urbanos, planteando desde sus argumentos proyectuales los siguientes puntos:

> Configurar una confluencia posible entre territorio urbano, infraestructura portuaria y frente fluvial.

> Componer un espacio de atractivo urbano (reconociendo la costanera y el río, tomando y creando enlaces con la ciudad existente).

> Ponderar el particular paisaje portuario, su historia y sus referencias (constructivas, de materialidad, de vínculo con el agua).

> Contemplar las relaciones estructurales relevantes, como la articulación con el aeropuerto, la incorporación de una terminal fluvial y de un centro o área de transferencia que se integre en una red de transporte fluvial, aéreo y terrestre en todas sus variantes. Entre las reflexiones que orientan las propuestas cobran valor la jerarquización de la desembocadura de los cursos de agua, la replicación de procesos simbióticos, los desplazamientos naturales del delta, la reducción de las barreras urbanas que limitan el horizonte, el deseo de que el río fluya en busca de la ciudad que lo ha olvidado, y se torne un paisaje vivible, entre otras.

> El crecimiento del delta, deja de manifiesto que la naturaleza avanza sobre la costa de Buenos Aires, se hace presente y enfrenta lo artificial. Introduce texturas y ritmos naturales. Los proyectos intermedian en la relación entre estos sistemas enfrentados, y procuran descomprimir y oxigenar la excesiva densidad urbana. La trama reconoce diferentes gradientes, alturas, escalas y contextos; acompaña el avance del delta, enlaza lo natural con lo artificial, controla su crecimiento, se derrama en la vida portuaria y el río navegable.

> Proponer una nueva trama fluvial que dilata la estrecha relación de borde, diversificando las situaciones acuáticas y proporcionando una oxigenación a la densa Buenos Aires. Se estructura a través de ejes transversales a la costa que surgen de las características geográficas del territorio y toman la dirección de la lógica de los ríos y arroyos subterráneos. De este modo genera un vínculo ciudad-río, que pone en evidencia las antiguas líneas costeras, hoy sumergidas por el avance de la trama urbana. En los puntos de encuentro entre estas transversales y las costas se proponen usos que potencian y organizan centralidades existentes.

> En la ciudad fluvial a imaginar, cambian los conceptos de temporalidad y permanencia, de modo que la disposición de usos toma forma a partir de la identificación e incorporación de las dos dinámicas del Río de La Plata en relación a las costas de la ciudad: una ligada al movimiento mecánico, de características portuarias con necesidad del dragado; otra relacionada con el avance natural del delta y la variación del lecho del río con la formación de cordones litorales y bancos de arena causados por la sedimentación.

Desembocadura interviniendo en ambos márgenes fluviales arroyo Saladillo/Rosario-Villa Gobernador Gálvez

Durante el curso de 2018 trabajamos en la desembocadura del arroyo Saladillo en el río Paraná, en la periferia de la ciudad de Rosario, provincia de Sante Fe. Esta ubicación retoma algunas temáticas propuestas en el ejercicio de Dock Sud/Riachuelo, como el tratamiento de la desembocadura de un curso fluvial –con una fuerte identidad local– en este más caudaloso, en el que el subsistema del Saladillo participa como cuenca afluente del sistema Paraná-Río de la Plata; nuevamente enfrentamos una temática compleja relacionada con los límites jurisdiccionales que los cursos de agua frecuentemente deslindan, ya que se ubica sobre la frontera entre Rosario y Villa Gobernador Gálvez; y por último, poniendo otra vez en foco el espacio de borde de un área urbana en relación con su conurbación metropolitana.

Estas tres cualidades, plantean una serie de relaciones complementarias a ser relevadas e interpretadas dentro del marco general desarrollado; las posibilidades de profundizar estos temas emergentes que el territorio invita a registrar, y colabora como fundamento para pensar los sentidos y los temas (en el contexto referido por cada estudiante) y podrán transformarse en reflejos proyectuales, y motivos estructurantes por los cuales se selecciona esta locación particular para trabajar sobre sus puntos salientes.

Como ejemplos de ellos mencionamos:

> La intensidad y variedad de infraestructuras viales que circulan por el sector en relación al enlace urbano-conurbano-regional como son los casos de la vía de circunvalación urbana de Rosario, los puentes de ferrocarriles, autopistas de conexión regional, puentes de escala metropolitana, cruces de escala barrial, entre otros, consignando posibilidades de resignificación de los vínculos urbanos, interurbanos y barriales que esas vías de comunicación suponen, imaginando sus implicancias sociales, productivas de transporte y transbordo, entre otras.

> Un ensimismamiento del sector a intervenir, producto de la posición respecto de los límites físicos encerrado por el río Paraná, las vías de tránsito, ferrocarriles, entre otros, que sugieren necesidades de reconexión y accesibilidad urbana, con la incorporación de nuevas vías de vinculación latentes, que los cursos de agua permiten descomprimir reduciendo el uso de otras vías y liberar obstrucciones, o abrir enlaces con los barrios vecinos que hoy son escasos.

> La apertura visual y simbólica al horizonte del río Paraná, como resultado de ubicarnos encaballados en ambas márgenes del Saladillo, y reflexionar sobre el protagonismo del frigorífico Swift, la historia del sector como espacio de esparcimiento y balneario, el posterior decaimiento y la actualidad degradada de su tejido edilicio.

> La evidente falta de infraestructuras de contención, alivio y manejo del caudal fluvial, que se observa en la conflictividad que la ocupación de terrenos inundables genera y donde a través de proyectar en confluencia con las dinámicas del movimiento del agua, su absorción y sedimentación está dada la posibilidad de transformar el hábitat donde se arraiga la población del barrio buscando una confluencia entre tierra firme y el espacio acuático, encontrando instancias de transición que habiliten la fluidez territorial del entorno costero ribereño como una totalidad política, paisajística, sociocultural y productiva.

En correlato con los elementos principales, surgen cuestiones valiosas en cuanto al paisaje identitario, como por ejemplo el salto o cascada cercana, la pregnancia de las actividades de pesca y comercialización artesanal en el sector de la desembocadura, el impacto en la morfología urbana de un brazo de cauce seco, la ubicación de variados usos recreativos como centros deportivos, campings, guarderías y clubes náuticos, entre otros, que colaboran a tramar la urdimbre del sentido del lugar, para proyectar ciudad en función de las lecturas reconocidas por los estudiantes en el proceso de relevamiento (Figuras 8, 9 y 10).

Breves reflexiones finales

Las propuestas expuestas abordan con variada intensidad las alternativas al proyecto urbano que enunciamos a lo largo del trabajo. Por un lado, plantean un concepto de paisaje que se incorpora como resultado de la interrelación entre geografía física, procesos históricos y socioculturales, algo particularmente visible en diferentes escalas de aproximación y, a su vez, variables escalas de análisis del problema que las propuestas abordan: la definida por la estructura organizativa del proyecto, la definida por la organización del sitio del proyecto, la definida por la representación de los proyectos.

Se despliegan en las propuestas nociones de paisaje que lo colocan como un concepto en transformación y motor transformador. Ensayar estos planteos supone tomar la perspectiva de indagar críticamente (a través del proyecto como dispositivo a la vez técnico y crítico) y sobre las nuevas relaciones global-local, evaluarlas en términos de conveniencia, de sustentabilidad y reformular el concepto de escenario local, regional o geocultural que impone una multiplicidad de enfoques, cada uno en definitiva marcado por tales componentes locales en los que se establece cierta clase de calidad, de sustentabilidad (u oportunidad) fuera de los criterios globales e imperativos.

El modo utópico es la facultad de imaginar, de modificar lo real por la hipótesis y de crear un orden diferente al real, lo que no supone renegar lo real, sino un profundizar en lo que podría ser. Sintéticamente se puede decir que el modo utópico es un ejercicio mental sobre los posibles laterales.

La función utópica permite en estos proyectos incorporar esas ideas de fuga de lo inmediato y de transgresión del límite de la frontera existente (Aínsa, 2004, p. 26). Es sobre ellas que se edifican las propuestas alternativas enunciadas.

La confianza en el futuro es el primer requisito que debe tener un utopista y un docente. Para ello debe buscarse lo que es fresco, emergente, nuevo y trabajar en el terreno de lo que debería ser y sin olvidar que quien “cesa de buscar lo nuevo y lo potencial en nombre del realismo ya ha perdido el contacto con el presente, porque el presente está siempre condicionado por el futuro” (Aínsa, 2004, p. 23).

Documentar de manera sistemática estas experiencias, es un paso importante para apoyarnos en herramientas ya utilizadas que nos permiten mirarnos, reconocernos y reposicionarnos de cara al futuro.

Hacer foco en la territorialidad fluvial, implica incorporarla como una narrativa capaz de reconocer y añadir valores dentro de la trama de sentido del proyecto. La experiencia relatada coloca el saber del estudiante, como materia de su ensayo proyectual. Mencionamos algunas herramientas de indagación que influyen sobre los modos de pensar la enseñanza y el aprendizaje.

La posibilidad de transparentar este proceso en cada una de las cátedras podría permitir el análisis crítico y la revisión de los objetivos y de las prácticas planteadas y evaluar las consecuencias una vez implementados, a los efectos de mejorar la enseñanza, ampliar el conocimiento de la realidad y aumentar el compromiso social (Romano, 2018, p. 216).

Por su naturaleza este

saber proyectual encierra la paradoja de conformarse en el marco del propio hacer, ya que los mecanismos de apropiación del conocimiento se generan a partir de la acción proyectual individual, de la interrelación con el grupo de pares, del aporte del docente y de los instrumentos didácticos y teóricos preparados por la cátedra (Romano, 2018, p. 223).

La utopía se concreta en la necesidad del hombre de apostar a futuro, porque los deseos, los sueños y las esperanzas, los programas y los objetivos son los móviles de sus acciones. Puede tener además un efecto inmediato sobre la realidad, sobre el presente, tiempo al que pertenece inevitablemente y por el cual está condicionada. 

Para terminar, agregar que “un futuro imaginado como diferente termina por influir sobre el presente en un movimiento dialéctico de ida y vuelta permanente. De ahí que el discurso utópico provoque tantas resistencias y críticas” (Aínsa, 2004, p. 24) y bajo esa perspectiva, un proyecto, “no viene a confirmar el mundo tal cual es, sino que hace visible un mundo nuevo, actuando el campo de sentido” (Lewkowicz y Sztulwark, 2003, p. 55) y asumiendo la responsabilidad de que no se repita el estándar ■


REFERENCIAS

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    Buenos Aires: Altamira.
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  • Warburg, A. (2010). Atlas Mnemosyne. Madrid: Ediciones Akal.

NOTAS

1.  Tuvimos oportunidad de presentar parte de estas reflexiones, gracias a la invitación de la Prof. Mg. Arq. Ana Valderrama, en la Conferencia “Paisajes del Agua y Humedales” que tuvo lugar el 21 de noviembre de 2019, en el marco del Taller de Proyecto y Gestión de la Maestría en Arquitectura del Paisaje de la Universidad Nacional de Rosario.


2.  La cátedra dejó de existir luego de una decisión del Consejo Directivo de la FADU-UBA en 2019 que no contó con la aprobación de los entonces miembros de la misma.


3.  Esta idea de una artesanalidad conceptual, se inspira en aquella enunciada por el arquitecto Juvenal Baracco, quien sostiene que “la clave de la producción arquitectónica no es la artesanía de producción sino la artesanía de pensamiento”. Puede ampliarse este punto en Cátedra Pedemonte (2014).


4.  Los trabajos aquí relatados participaron de la exposición pública Costas y Cuencas de la Región Metropolitana de Buenos Aires organizada por el CPAU y fueron publicados en “Costas y Cuencas de la Región Metropolitana de Buenos Aires: estudios, planes y proyectos” (2017).


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Cómo citar este artículo (Normas APA):

Mellace, K. y González, D. (Noviembre 2020 – Abril 2021). Tres territorios fluviales urbanos re-imaginados desde la didáctica proyectual. [En línea]. AREA, 27(1). Recuperado de https://www.area.fadu.uba.ar/area-2701/mellace-gonzalez2701/

Arquitecta por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Maestranda de Historia y Crítica de la Arquitectura, el Diseño y el Urbanismo y la Especialización en Docencia (FADU-UBA). Profesora Titular en Proyecto 5 y 6, y Tutora de Proyecto Final de Carrera de grado en Arquitectura, Departamento de Ingeniería e Investigaciones Tecnológicas (DIIT), Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM). Desarrolla tareas docentes en Historia de la Arquitectura, Proyecto Urbano y Arquitectónico en la FADU-UBA. Integró el equipo de Investigación e Inventario Arquitectónico Patrimonial del CEPAN, del Ministerio de Cultura de la Nación. Forma parte del equipo técnico de la Dirección Nacional de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas.
Arquitecto por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Especialista y Maestrando en Lógica y Técnica de la Forma (FADU-UBA). Investigador en el área de Didáctica del Proyecto en el Instituto de la Espacialidad Humana (FADU-UBA). Docente de Proyecto Urbano y Proyecto Arquitectónico, Cátedra a77 en la FADU-UBA; Proyecto 5 y Proyecto 6, Cátedra Mellace de la Carrera de grado en Arquitectura, Departamento de Ingeniería e Investigaciones Tecnológicas (DIIT), Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM). Tutor de Proyecto Final de Carrera en Arquitectura (DIIT-UNLaM). Realiza su práctica profesional en 2MGA.estudio, dedicándose a encargos de arquitectura institucional.