Editorial Dossier AREA 25



Universidad de Buenos Aires
Facultad de Arquitectura,
Diseño y Urbanismo


El estudio de las migraciones es un tema clave de nuestra época. La así llamada “era de las migraciones” (Castles, 2004) alude al flujo inédito de movimiento de personas a nivel mundial, condicionado por el nuevo orden internacional resultado de innovaciones tecnológicas en materia de transporte y comunicación. Ellas permiten que personas y capitales fluyan entre países y regiones en segundos. Soberanía y seguridad emergen así como cuestiones en riesgo ante una nueva geografía humana transformada por la presencia creciente de migrantes. Ellos pueden ser definidos como quienes dejan su país por motivos económicos, a causa de desastres ambientales o por violencia, independientemente de que adquieran estatus de refugiados, amparados por las Naciones Unidas, cuando cruzan fronteras nacionales o personas internamente desplazadas, cuando permanecen desplazados dentro de su propio país.

En una primera mirada, la migración podría interpretarse como un concepto claro y contundente: gente que se mueve de un lugar o país a otro, permaneciendo allí por un período suficientemente largo para ser considerados migrantes y no simples visitantes o turistas. Pero detrás de esta supuesta simplicidad yace una enorme complejidad y variedad, tanto en patrones territoriales, en su evolución a través del tiempo, en las formas y tipos de movimiento, cumplimiento e incumplimiento de leyes nacionales e internacionales, así como en las causas y consecuencias que acarrean todas estas situaciones distintas. El estudio de las migraciones está acosado por las dicotomías: migraciones forzadas versus voluntarias, temporario versus permanente, legal versus ilegal, interna versus internacional, entre otras. En la práctica, estas dicotomías suelen desaparecer ante la imposición de realidades que superponen categorías y respuestas políticas. Según se clasifiquen estas categorías, se favorece o no que los migrantes sean conducidos a situaciones de pobreza y marginalidad, hambre y precariedad, que migrantes temporarios pospongan permanentemente el regreso a su lugar de origen, o que un inmigrante legal que se transforma en ilegal a partir de los obstáculos burocráticos para conseguir permisos de residencia a tiempo. Este enorme despliegue de situaciones termina definiendo en buena medida que el rostro individual de cada inmigrante sea percibido por las sociedades huéspedes sencillamente como otro ser humano arribado por circunstancias diversas en su misma tierra, o por el contrario, como una amenaza latente de la cual es menester desconfiar.

Pero más allá de las definiciones técnicas, los migrantes y desplazados independientemente que sea bien o mal recibidos en sus lugares de destino, tienen la capacidad de transformar sus entornos. Atrás quedan los días nostálgicos de la llegada masiva y pacífica de inmigrantes europeos recibidos con los brazos abiertos a la América, crisol de razas. Año a año nuestros países han ido transformándose al ritmo de la globalización en sociedades más multiculturales de las que brotan nuevos hábitos, diseños colores y estilos de vida. Nuestras calles, barrios y monumentos ya no reflejan los valores de nuestros abuelos, y comienzan a incorporar la mirada de un presente multicultural que todo lo cuestiona, interpelando el pasado idealizado en medio de la efervescencia del presente, invocando un futuro en el que se debate la fuerza de los ideales que pugnan por sociedades más justas, libres e inclusivas con mezquindades, racismo y temores propios de lo más oscuro del ser humano. Y esa transformación, que inevitablemente producirán los inmigrantes en su necesidad de procurarse un techo donde vivir y un pan para alimentar a sus familias, no pasarán inadvertidas por las dimensiones éticas y estéticas que introducirán en sus sociedades huéspedes.

Recientemente, el así llamado nexo entre migraciones y desarrollo ha recibido reconocimiento institucional global por el Diálogo de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas presentado en Nueva York en 2006 y los eventos posteriores desde entonces. Existe un creciente aprecio global que las migraciones, más que una amenaza, constituyen un considerable potencial de desarrollo económico y social, así como de reducción de las brechas entre el hemisferio norte y el sur a partir del envío de remesas e intercambio de conocimientos por parte de las comunidades migrantes. Y que estos beneficios, aun cuando en la mayoría de los casos surgen en forma espontánea, tienen el potencial para inspirar planes y proyectos que involucren pueblos y organismos para avanzar en una agenda de cumplimiento progresivo de derechos humanos.

Este Dossier ha convocado artículos
que abordan la cuestión de la “Migración. Desafíos Proyectuales del Multiculturalismo para la producción en la era de la posglobalización” el cual ha recibido aportes provenientes de distintos campos disciplinares. Los artículos se encuentran enhebrados por una sutil y compleja relación de abordajes de fenómenos migratorios, cambios culturales y decisiones proyectuales impactando en distintas escalas y contextos. Aunque muy diferentes entre sí y con intereses, metodología y conclusiones divergentes, consideran desde distintos ángulos las consecuencias devenidas por la necesidad y anhelo por cruzar fronteras para vivir mejor.

Un primer trabajo, “Gobernabilidad migratoria en el actual contexto sudamericano” de Agustín Mussini, reflexiona sobre las consecuencias del surgimiento de ultra-nacionalismos en las fases incipientes de posglobalización, advirtiendo sobre la conformación de un escenario mundial adverso a los pilares políticos, económicos y sociales de la posguerra, reflexionando sobre las consecuencias inmediatas y a largo plazo de estas nuevas orientaciones en las políticas migratorias en los países líderes de distintas regiones. La situación de América Latina en el nuevo orden mundial, como un subcontinente que en distintos períodos históricos vivió inmigraciones y emigraciones masivas, se enfrenta a dilemas éticos profundos respecto a sus perspectivas a futuro en el cumplimiento de su agenda de cumplimiento de derechos humanos.

En la misma línea, un artículo sobre “Desplazamientos forzados y migraciones. Breves lecciones aprendidas en Colombia” de Mercedes Castillo de Herrera incursiona en la experiencia de Colombia en relación a su larga historia de desplazamientos a causa de su prolongado conflicto armado que lo ubica como el país con mayor número de desplazados internos, 8,3 millones de personas que equivalen al 20% de su población. Pero a estos números históricos, se superponen la dinámica de cierto bienestar de la posguerra civil que atrajo poblaciones de otros países, notablemente el caso de los desplazados por las penurias económicas en Venezuela, generando controversias y discusiones al interior de la sociedad colombiana, además de grandes contingentes de inmigrantes internacionales de países poderosos, como es el caso de los Estados Unidos y China. Tras advertir sobre la complejidad de este rompecabezas socioterritorial en los que la geopolítica se superpone a cuestiones humanitarias, el artículo presenta evidencias de la correspondencia entre desplazamientos forzados y actividades económicas extractivas, mineras y agropecuarias, demostrando así un patrón de desposesión de territorios. A pesar de la gravedad de la situación, señala algunas lecciones aprendidas por el país en término de organización social en torno a promover valores asociados a la solidaridad con personas desplazadas que se manifiesta especialmente en acciones de la sociedad civil y los municipios.

Ya a una escala más urbana, el artículo “El Mercado Andino de Liniers. Huellas de la Bolivianidad en Buenos Aires” de
Guadalupe Ciocoletto, explora la impronta de la comunidad boliviana en el espacio público de Buenos Aires a partir del caso del mercado de Liniers, proponiendo un análisis de su urbanidad, su comunicación intercultural y su valoración por parte de los espacios de poder locales. A partir de repasar la situación de los inmigrantes en general y de los ciudadanos bolivianos en particular en la ciudad de Buenos Aires, reflexiona sobre algunos patrones de concentración demográfica en la ciudad, analizando transformaciones sociourbanas relacionadas con la presencia de tales comunidades. Los cambios ocurridos en el Mercado Andino de Liniers, tanto en lo que respecta a transformaciones del espacio público a partir de la irrupción de comercio informal, como el espacio privado a partir de operaciones de comunidades organizadas formales, son reconstruidos como procesos a partir de relevamientos de fotografías, visitas y otras estrategias de investigación que revelan su naturaleza como espacio impensado dentro de la lógica y reglas de comercialización de la ciudad de Buenos Aires. Más allá de la conflictividad que plantea el caso, la autora reivindica el valor del mercado como canal intercultural.

En otra geografía, la Patagonia Argentina, el artículo “La transformación territorial de la ciudad de Rio Grande en Tierra del Fuego a partir de migraciones generadas por decisiones geopolíticas” de Alberto Vera, presenta los cambios acaecidos a raíz de los procesos migratorios protagonizados predominantemente por personas de otras provincias de la Argentina, como así también, más recientemente, migrantes internacionales. El caso responde a una decisión geopolítica de poblar el extremo sur de la Argentina a partir de una ley de promoción industrial. Las consecuencias de esta ley llevaron a que solo los sectores de mayores recursos económicos pudieran acceder a suelos con infraestructuras encarecidos por la vorágine migratoria que empujo una muy alta demanda de terrenos ante una escasa oferta de lotes urbanizados. Los sectores populares, atraídos igualmente por la perspectiva de empleos y posibilidades de ingresos creados por el sueño fueguino, terminaron autoconstruyendo asentamientos informales en áreas marginales de la ciudad, fuertemente afectados por problemas ambientales y de convivencia entre grupos social y culturalmente diferentes, los cuales constituyen procesos de rápida urbanización con signos alarmantes de precariedad en un clima y geografía ciertamente hostil para el habitar humano.

Este caleidoscopio de experiencias en las que se repiten invariantes relacionadas con la convivencia entre sociedades huéspedes más o menos preparadas para recibir comunidades provenientes de otras geografías, culturas, expectativas y valores diferentes, se enriquece además por un artículo que evoca el diseño de la avenida General Paz y su transformación a lo largo del tiempo. Montserrat Fàbregas Flò, aborda el devenir del proyecto vial, recuperando sus orígenes históricos como límite de separación entre la ciudad capital del país del territorio de la provincia de Buenos Aires, en un momento que se vivía uno de los procesos migratorios más intensos del mundo. El artículo desgrana las ricas experiencias de diseño urbano, demostrando cómo cada transformación del original refleja las prioridades e ideologías de cada época, pasando de un enfoque higienista de concebir la avenida como una oportunidad de paseo y disfrute de una gran banda de espacio verde, para devenir en una solución ingenieril que prioriza la velocidad del tránsito y el mayor volumen de automóviles privados sobre cualquier otra cuestión. La posición estratégica de la avenida General Paz pasó a partir de la mutación de proyectos presentados en el artículo de borde a frontera, demostrando así la enorme responsabilidad del diseño en la construcción de sociedades integradas. Una vez más, el caso motiva a reflexionar en torno a las distintas concepciones de habitar la ciudad, por sociedades nativas e inmigrantes que pertenecen a distintos grupos sociales y cultura cuya mixtura y relación redefinen permanentemente a sus territorios a partir de improntas proyectuales, como en este caso una avenida, la cual inicialmente si bien separaba comunidades de un lado a otro, con el tiempo y el carácter adquirido por la avenida sirvió finalmente como barrera que divide personas según su nivel socioeconómico, con variaciones astronómicas en el valor del suelo de uno y otro lado.

Estos aportes se complementan con artículos que dan cuenta del impacto de los fenómenos migratorios en el diseño de objetos. Su surgimiento y evolución a lo largo del fluir del tiempo revelan historias únicas y de gran valor para inspirar procesos proyectuales contemporáneos. Tal es el caso del artículo que aborda la evolución en el diseño del azulejo, “Migraciones, interculturalidad, exilio y arquitectura. Cerámica española del Siglo XVII en Túnez y América, un encuentro transatlántico” de Fernando Martínez Nespral. El artículo revela una transferencia de saberes proyectuales del mundo islámico a la península Ibérica, y de allí a las colonias americanas, donde sufriría un fuerte proceso de inter-culturalidad e hibridaciones que dejan profundas lecciones de diseño, proyectos, religión, cultura, historia y arquitectura. Asimismo, la reflexión en torno al replanteo de las concepciones de lugar, tecnologías, formas y lenguajes, los modos y rituales del habitar, o las de las dialécticas, tensiones y aporías entre términos tales como tradición, innovación, interferencia, traducción o circulación, invitan a imaginar nuevas epistemologías de proyectos.

El aporte de los artículos del Dossier es mirar a la migración como un fenómeno en el espacio, reconociendo distancias geográficas, cruce de bordes, residencia en países extranjeros y convivencia multicultural generando una secuencia dinámica de eventos, sujetos y objetos que se entremezclan permanentemente. Mapas que representan puntos en el espacio y en el tiempo direccionando flujos que conectan orígenes y destinos sobre un período de tiempo con impactos que revelan la impronta de la especie humana en un planeta que parece achicarse día a día.

Para concluir e invitar a leer los artículos, es importante destacar la relevancia que las disciplinas del diseño, la arquitectura y el urbanismo tienen en relación con la búsqueda de encontrar respuestas apropiadas para recibir migrantes y desplazados. Si como todo parece indicar nos internamos en una era de migraciones masivas, donde los productos que consumimos, los espacios que habitamos y las ciudades en las que nos movemos se verán interpeladas por personas de lugares diversos, muchas veces seriamente afectados por travesías migratorias muy dolorosas, es menester incorporar a la formación profesional valores multiculturales que nos permitan superar los postulados éticos y estéticos de un siglo XXI que deje atrás definitivamente el legado del colonialismo y avance en la construcción de sociedades libres y sustentables. De acuerdo con la División de Población de las Naciones Unidas había 214 millones de migrantes internacionales en 2010, equivalente al 3% de la población mundial. Pero para poner este número en su verdadera dimensión es necesario considerar también la cantidad de personas en situación de migraciones internas, las cuales son mucho más difíciles de estimar cuantitativamente, ya que no todos los países miden el fenómeno de la misma manera en sus respectivos censos. En resumen, un porcentaje importante de la humanidad se encuentra en movimiento, pero este fenómeno lejos de generar miedo o rechazo irracional debe invitarnos a entender mejor el mundo en el que vivimos y a repensar nuestras responsabilidades como proyectistas en incorporar una mirada respetuosa del extranjero, curiosa de sus idiosincrasias y saberes particulares para proyectar mejor; pero solidaria y comprometida en la protección de los derechos inalienables de quienes sufren, para avanzar como seres humanos y sociedad ■


REFERENCIAS

Castles, S. (2004). The age of migration: International population movements in the modern world…. International Migration Review, 38(3), pp. 1040-1074.

Arquitecto, Magíster y Doctor en Arquitectura y Urbanismo. Dirige programas de vivienda social y hábitat en África, Medio Oriente y Latinoamérica con agencias de las Naciones Unidas (ONU Hábitat, ACNUR, PNUD, UNRWA, UNICEF), Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Su trabajo se encuentra disponible en www.urbanhabitat.com.ar y uba.academia.edu/FernandoMurillo