Narradores, narratario y narrados para la construcción del exemplum en De Architectvra


Universidad de Buenos Aires
Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo
Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas “Mario J. Buschiazzo”
Centro de Investigaciones de la Historia de la Vivienda en América Latina

Resumen

En este trabajo nos propusimos reflexionar sobre un acto fundacional de la arquitectura occidental. Entendemos que la escritura de Los diez libros de Arquitectura o De Architectvra de Vitruvio representa el gran acercamiento de las dos culturas clásicas que desde el Renacimiento hasta esta parte no dejan de participar en la discusión disciplinar, dos culturas que son tratadas como una, bajo el concepto de lo clásico. Sin embargo, fue el trabajo de Vitruvio institucionalizar el acercamiento de la una hacia la otra.
En este análisis nos proponemos indagar, mediante el enfoque narratológico, cómo en la escritura de las introducciones de cada uno de los libros se materializó la figura retórica del exemplum para el posicionamiento tanto de la arquitectura griega como del propio Vitruvio en los tiempos de la Roma de Augusto.

Palabras clave
Historia, Vitruvio, Arquitectura, Narración, Narrador, Exemplum

Recibido
23 de marzo de 2021
Aceptado
10 de noviembre de 2021

Introducción

En este trabajo abordaremos un texto clásico de la arquitectura: De Architectvra, del arquitecto romano del siglo I a.e.c. Marco Vitruvio Polión.

Esta investigación participa de un grupo de indagaciones acerca de la imaginación histórica (imaginación en los términos que Northon Fray desarrolla en “La imaginación educada”) que ha moldeado la disciplina arquitectónica. Para ello hemos propuesto como pertinente el enfoque narratológico, desarrollado extensamente por Hayden White en Metahistoria (1973). En estas páginas nos acotaremos a indagar en una de sus múltiples variables, que entendemos enriquecen el estudio general de la narratología al cruzarlo con el campo de la arquitectura: los conceptos de narrador intradiegético y extradiegético.

Este último par será el enfoque que desarrollaremos en este trabajo para realizar un análisis de las introducciones de cada uno de los libros de De Architectvra.

Entendemos que las narraciones historiográficas que abordan la disciplina de la Arquitectura presentan ciertas particularidades, especialmente en la construcción de sus sujetos: arquitecto, comitente, colegas; en el caso particular de De Architectvra el narrador es un arquitecto, el narratario principal funciona como comitente y, dentro de las anécdotas que contienen las introducciones de los diez libros, aparecen colegas arquitectos como sujetos narrados.

Nos proponemos evidenciar cómo desde su origen la narrativa arquitectónica configura su capacidad de operar en la sociedad, utilizando ciertos recursos discursivos relacionados con el posicionamiento del arquitecto en la sociedad. Nuestro objetivo principal es identificar algunos mecanismos con los que la narración arquitectónica opera en el espacio disciplinar, es decir que se constituye como uno de los motores del despliegue de la voluntad del narrador, entendiendo que en el caso particular de De Architectvra, el espacio disciplinar sobre el que quiere desplegarse Vitruvio es el de las producciones arquitectónicas en la Roma de Augusto.

Sostenemos que el material narrativo de las introducciones de los diez libros de De Architectvra incluye un anecdotario del presente romano y de su tradición. En ese conjunto de anécdotas se construyen las figuras del exemplum con las cuales se valoriza la arquitectura edificada y se confecciona el programa para su arquitectura futura. Esas figuras del exemplum las buscaremos en las configuraciones del narrador y en cómo este valora al narratario explícito, es decir, a Augusto y a otros personajes. Es un hecho que en las introducciones de los diez libros de De Architectvra no predomina el tipo texto normativo, sino que encontramos pasajes narrativos. Por lo tanto, este trabajo sostiene la hipótesis que en la narración de las anécdotas incorporadas en las introducciones se construyen los exempla que darán sentido y dirección a las normativas que el texto despliega a continuación. Para alcanzar la demostración de esta hipótesis, estudiaremos al narrador en De Architectvra para identificar los mecanismos narrativos con los que valora a los personajes y con ello construye los valores arquitectónicos del pasado romano y desde allí se prefigura su futuro arquitectónico.

Vitruvio, De Architectvra y la Arquitectura

En la bibliografía crítica sobre Vitruvio, encontramos diversos trabajos centrados en la biografía del autor y la figura del arquitecto (Callebat, 1998; Moe, 1945; Pellati, 1944) que pueden sintetizarse en dos claves de lectura para De Architectvra: 1) la dedicación del texto hacia el Imperator pero también hacia un público amplio, 2) la pretensión de la dignidad de texto literario, acercando el discurso arquitectónico al enciclopédico, científico o filosófico, alejándolo del mero saber técnico normativo, en búsqueda de ciertas constantes de la disciplina que responden a una exigencia “natural”. Es complementario a estos enfoques la importancia que dan los autores al recorrido de De Architectvra desde la Edad Media hasta el Renacimiento; perspectiva que ha influido en la historiografía producida por los arquitectos historiadores canónicos, desde Leonardo Benevolo hasta Manfredo Tafuri.

Similar es el tratamiento que le da Dora Wiebenson (1988) al reconocer a Vitruvio como la pieza desde la cual pivotea toda la tratadística arquitectónica desde el Renacimiento hasta el siglo XVIII. Otro discurso similar son los textos incluidos en el clásico Historia de la arquitectura: antología crítica (1997) de Luciano Patetta (Summerson, 2017; de Fusco, 1968; Pellati, 1932), en este conjunto de libros producidos en un período de estabilización del discurso del movimiento moderno en la Arquitectura, la discusión se establece alrededor del lugar que De Architectvra ocupa en la tradición arquitectónica, no se centran en el interior del texto.

Pero también podemos citar un segundo conjunto formado por tres autores que entendemos como protagonistas de la escena actual en tanto estudio sobre Vitruvio: Indra Kagis McEwen, Louis Callebat y Pierre Gros. McEwen, autora de Vitruvius, or the hidden menace of theory (2004) y Vitruvius. Writing the body of Architectura (2003), en este último, con muchas más evidencias del mundo romano que los estudiosos que lo antecedieron, argumenta cómo la construcción de un corpus textual realizada por Vitruvio es, a la vez, el motor de la construcción de un corpus material-arquitectónico de Roma. Del ya citado Callebat podemos traer a consideración otro texto más actual, Rhétorique et architecture dans le De Architectvra de Vitruve (2018), un profundo estudio que construye un encuentro entre la Retórica y la Arquitectura en De Architectvra, enfocado en el binomio quod signifatur y quod significat. Por su parte, el prolífico Gros, con textos como Structure et limites de la compilation vitruvienne dans les livres III et IV du De Architectvra (1975), La rhétorique des ordres dans l’architecture classique (1979), Vitruve: l’architecture et sa théorie à la lumière des études récentes (1982) o Les fondements philosophiques de l’harmonie architecturale selon Vitruve (1989), entre otros trabajos, ha realizado un recorrido que avanzó de la lectura normativa con que se ha caracterizado a Vitruvio hacia una comprensión de los valores específicos del tiempo y el lugar en que De Architectvra fue escrito, lo que lleva a entender el valor del texto en relación con los honores que la arquitectura narrada otorga a su sociedad.

En oposición al primer grupo citado que abordaba De Architectvra, el segundo realiza estudios centrados en el texto. Muestra de ello es el análisis de McEwen (2004) sobre el carácter operativo de De Architectvra en la empresa de Augusto; y el estudio de Callebat (2018) sobre ciertos términos que determina que son centrales del trabajo retórico del arquitecto, construyendo así una relación entre Retórica y Arquitectura. Podemos marcar entonces, una segunda distinción dentro de los trabajos que abordan la textualidad: están los que trabajan sobre el texto y los que trabajan en el texto. Mientras los primeros se refieren al texto como unidad operativa, los segundos hacen hincapié en los mecanismos internos del texto; en el caso citado, en su retórica.

Nuestro trabajo se acercará a ese último tipo de estudio, pero no desde la Retórica sino desde ciertas variables de la narratología que no hemos detectado en los trabajos abordados.

Narrador y narratario en la narración arquitectónica

Nos interesa, dentro de las distintas variables que permite el estudio narratológico, el enfoque del narrador. En nuestro caso el narrador es un arquitecto y creemos que esto puede ser un diferencial, debido a un énfasis del carácter programático que ello le da al texto. Entendemos pertinente el enfoque para De Architectvra no por las conclusiones sino por el tipo de pregunta [1].

En este tipo particular de narración, los narradores (al ser arquitectos) son partícipes de la producción arquitectónica narrada, o por lo menos partícipes del ambiente disciplinar de la narración. Por ello manejan un saber específico que intentan comunicar a la vez que lo hacen de una forma particular en relación con sus intereses, en este caso el interés por el posicionamiento social y disciplinar del propio Vitruvio, construyendo así una posición asimétrica con el lector. Es decir, que los narradores se constituyen como narradores-actores que circulan en las escenas de las narraciones. Estos narradores tienen la posibilidad de enfocar las narraciones en ciertos tópicos de la discusión arquitectónica (funcionalidad, tecnología, uso, entre otros) de las producciones de su pasado, o más aun, acotar los objetos de interés a ciertos actores (obras, arquitectos, ciudades, tipologías) de la narración, modelando las cronologías de presuntas totalidades de la historia de la Arquitectura.

Gérard Genette define dos grandes tipos de narradores en relación con la diégesis de la narración: interno y externo (Genette, 1972, p. 290). El narrador que más evidencia su cualidad de constructor del artificio es el narrador interno, es quien se hace presente en la narración. Uno de los mecanismos habituales para que el narrador extradiegético se haga presente en el interior de la diégesis de la narración arquitectónica es mediante la participación en la discusión. En el extremo opuesto tendríamos a quien narra lo que ya no tiene contacto con la discusión actual, sin embargo, allí la participación doble del narrador-arquitecto implicaría un acto consciente de despegar a la figura arquitectónica narrada de la discusión local, como si estuviera diciendo estas arquitecturas, que aquí narro, no son relevantes en la discusión disciplinar actual, los modelos deben ser buscados en otros lugares. Al tener el texto de Arquitectura una importante dosis de descripción de la obra arquitectónica, el discurso se vuelve narrativo cuando dichas descripciones se enlazan con la temporalidad de cierta escuela de pensamiento proyectual o la biografía de su proyectista, es decir, que el texto arquitectónico es narrativo en tanto la descripción de la obra arquitectónica está en relación con un programa disciplinar, sobre el cual el narrador toma posición. Podemos pensar entonces que toda narración de este género en particular tiene cierta dosis de metalepsis, es decir, participación del narrador en el mundo narrado, o diégesis de la narración.

La participación del narrador en la diégesis se genera por la particularidad de que los autores sean actores sociales que participan del campo mismo que narran. La construcción modélica del acto narrativo se da en el posicionamiento mismo del autor con respecto a la arquitectura narrada. Sería difícil pensar que un juicio de valor sobre cierta tradición arquitectónica le sea neutro a la producción material del arquitecto narrador. Este queda posicionado entre dos arquitecturas: una como narración que representa el pasado histórico y otra como narración a producir en el ejercicio profesional.

Definimos así una de las fuentes de efectos de la narración: el lugar en el que se coloca el narrador con respecto a lo narrado, con relación a la posición en que coloca a ese objeto narrado. La conjunción del acto concreto de narrar el pasado o presente de la producción arquitectónica y la potencia de operar sobre ese corpus de edificios es, una particularidad de los arquitectos como narradores.

Tomamos como modelo metodológico el ejercicio realizado por Irene de Jong sobre Heródoto (2004). En ese estudio se indaga en las distintas formas que el Heródoto-autor configura al Heródoto-narrador, ya sea con relación a su conocimiento sobre lo narrado, con relación a su definición social (historiador, narrador o mero viajero), con relación a la verdad de lo narrado, con relación a la materialización de la narración (oral o escrita), con relación al sujeto narrador (la primera persona o hablar mediante el habla de otro), y lo que podríamos sintetizar como los otros-narradores mediante los cuales Heródoto narra.

Nos proponemos pensar cómo, en una narración sobre la producción arquitectónica, un estudio que tenga en cuenta similares enfoques, podría echar luz sobre formas en que la narración discute en su disciplina, y para ello es que tomamos como central la figura del exemplum.

De Architectvra son diez libros principalmente normativos (McEwen, 2003, p. 3) que, basándose en la arquitectura griega, proponen cómo debía ser la arquitectura romana en tiempos de Augusto César. Entendemos que se puede evidenciar su carácter narrativo mediante el estudio de la calificación que Vitruvio realiza sobre los personajes (especialmente sobre Augusto y sobre sí mismo), ya que son esas calificaciones las que le dan sentido y dirección a la narración de las anécdotas incluidas en esas introducciones. Estas son la forma principal con la cual se posiciona el episodio o actor como imitable o evitable de su pasado y su presente. En el texto, la valoración se construirá desde las características físicas y la importancia de las obras de los personajes.

Como último punto, desarrollaremos el concepto de exemplum. De manera sintética podemos decir que dicha figura retórica funciona de tal forma que toma un episodio del pasado (principalmente hechos o dichos) proponiéndolo como modelo de conducta. Excede a la narración del pasado, ya que en la representación de este ejerce la selección y ordenamiento de elementos puntuales del pasado, como así también propone los modos de fijarlos, conocerlos y usarlos, para direccionar la performance según ciertos intereses. Requiere de un sistema de valores presentes en la sociedad que se despliega tales que den un estatus elevado a la ejemplaridad y la memoria. Caso que se daba en la Roma del siglo I a.e.c., cuando los sectores dominantes, encargados del deber ser y hacer, frente a la instauración del principado, ven comprometida su función e identidad (Roller, 2001, pp. 3-13).

Tomamos la estructura central de Alicia Schniebs (2013), donde el exemplum se desarma en cuatro pasos: 1) el accionar de un sujeto individual o colectivo; 2) la observación primaria, quien lo evalúa como representativo; 3) el registro que permite la representación, generando observaciones secundarias; 4) la imitación o evitación del accionar primero al fijarlo como paradigma positivo o negativo respectivamente. En términos específicamente narrativos, tomamos la estructura de Susan Suleiman (1977), donde se analiza el accionar del relato ejemplar en tres niveles: 1) narrativo, la representación del pasado; 2) interpretativo, el comentario presente sobre aquel pasado; 3) pragmático, la aplicación presente según aquel comentario.

Narración en De Architectvra

Mediante esa metodología caracterizaremos los mecanismos con los cuales se construye el exemplum de cuatro formas distintas. Por un lado, destacaremos aquellos con los que el narrador califica a otros personajes y a sí mismo. Nos enfocaremos también en cómo ciertos personajes son definidos por la obra que estos construyeron o aportaron a que se construya, y al mismo tiempo en la forma que ciertas descripciones de esas obras aportan al conocimiento del personaje. Por otro lado, marcaremos las formas con que se aborda la memoria, variable importante dentro del exemplum, allí nos enfocaremos en los mecanismos que construyen los méritos para perpetuar el posicionamiento disciplinar de un personaje o su obra. Por último, en mecanismos de validación, haremos hincapié en los modos con los que la narración relaciona distintas anécdotas con la experiencia de Vitruvio y así este último valida su propio accionar pasado o presente.

La calificación

Entendemos que el mecanismo básico, por lo que iniciamos con este punto, para la construcción del exemplum es la calificación del acto o personaje a citar. En los momentos de apertura de De Architectvra, en sus primeros libros, se puede leer cómo se cita la obra de otro arquitecto (e indirectamente a Augusto como quien solicita las construcciones) y la descripción de dicho personaje se equipara a la calificación de su obra. En la descripción de la escena, el narrador vitruviano conoce el pensamiento o sentimiento de sus personajes. Utiliza sucesivamente el adjetivo directo sobre el personaje o alguna acción del mismo. Ese acercamiento calificante funciona de dos maneras posibles:

1. Posiciona positivamente al sujeto/acto que funciona como exemplum de conducta:

El arquitecto Dinócrates, confiado en sus proyectos y en su ingenio, marchó desde Macedonia hacia el ejército de Alejandro (L. II, p. 51) [2].

Podemos incluir al narratario, Augusto, como parte del material narrado puesto que Vitruvio lo incluye en el texto. Este personaje participa de igual manera en la narración. Su calificación incluye el conocimiento de sus pensamientos o sentimientos, tanto pasados como futuros:

Cuando tu voluntad y tu inteligencia divinas, César Emperador, te hicieron dueño del imperio de todo el mundo, Roma entera estaba exultante por tu poder invencible, pues quedaron deshechos todos los enemigos con tu triunfo y tu victoria; y cuando todas las razas de pueblos sometidas examinaban atentamente cualquier deseo de tu voluntad, tu sensata reflexión y tu prudencia dirigían los sentidos del pueblo romano y del Senado […]. Por ello, yo no me atrevía a publicar mi trabajo de Arquitectura […], porque estabas muy ocupado y temía que al interrumpirte inoportunamente ocasionara tu repulsa y aversión (L. I, p. 24).

Es muy importante el trabajo con relación a la obra de Augusto quien es la verdadera fuente de valor, puesto que las construcciones encargadas por este, en muchas ocasiones superaban a las obras codificadas por Vitruvio (Pellati, 1932, p. 15).

2. Lo posiciona negativamente antes de una redención o superación del obstáculo:

Por ello, pensando Dinócrates que se burlaban de él, optó por presentarse directamente (L. II, p. 51).

El otro tipo de adjetivación sería el externo, que describe lo que es visible. De igual manera, estas descripciones funcionan por positivo como posicionamiento del actor o acto:

Era un hombre de gran estatura, rostro agradable, porte y prestancia exquisitos (L. II, p. 51).

o por negativo como antesala a la redención o superación del obstáculo:

La naturaleza no me ha concedido mucha estatura, la edad ha afectado mi rostro y la enfermedad ha mermado mis fuerzas. Por tanto […] alcanzaré fama y la reputación […] mediante la ayuda de la ciencia y de mis libros (L. II, p. 52).

El obrar

Una forma particular de describir personajes y en especial al narratario es mediante su agencia. No solo se lo califica, sino que su figura es determinada por su capacidad de desplegar su voluntad, y en este caso en particular, su voluntad edificadora. El calificativo se presenta en dos posibles movimientos:

1. Del narrado a la obra: se posiciona como ejemplar cierto personaje narrado (incluso el propio Vitruvio) y ello se relaciona con la obra a producir. En el Libro V se enumera en las figuras de Arístipo, Teofrasto, Epicuro, Alexis, la relación entre la preparación y el obrar; inclusive se cita la figura de la Fortuna como quien brinda los dones, pero también los quita si no se apoya su desarrollo. Vitruvio se posiciona a la par de esas figuras citadas, calificándose él también como ejemplar al subrayar cómo él mismo es fruto de la preparación, y ello garantiza la calidad de sus obras, tanto arquitectónicas como el texto mismo:

Me siento profundamente agradecido a mis padres ya que, obedeciendo las leyes de los atenienses, pusieron toda su preocupación y cuidado en que yo me instruyera en un arte que no puede cultivarse si no es gracias a una educación completa y a un total conocimiento de todo tipo de instrucciones. […] Hasta el presente he logrado muy poco reconocimiento, pero con la publicación de estos volúmenes espero que mi nombre se perpetúe en los siglos venideros (L. VI, p. 142).

En lo sucesivo, utiliza el mecanismo del exemplum por negativa sobre uno otro que, en oposición a la instrucción, logra fama mediante encargos obtenidos solo por estar suplicando o litigando. Es interesante cómo construye así una oposición entre los dones que da la Fortuna y que se desarrollan mediante el conocimiento (podemos relacionarlos con el obrar filosófico) y el operar de aquellos otros arquitectos que negocian o litigan (podemos relacionarlos con lo mundano); esto situado en un ambiente donde el obrar filosófico se posiciona en un estatus más elevado que el obrar práctico (Callebat, 1997, p. 774); y siendo que ambas figuras le caben al arquitecto, es clara entonces la opción que toma para sí Vitruvio.

2. De la obra al narrado: el exemplum recae sobre la producción realizada o a realizar, de manera tal que la calificación de dicha producción es también la calificación del narratario:

Pero al considerar que estás al cuidado no sólo del bien común y de la constitución del Estado, sino también de la situación y provisión de edificios púbicos, con el fin de que la Ciudad no sólo se vean enriquecida por otras provincias, gracias a tu acción, sino que la majestad de tu Imperio cuente con el adecuado prestigio de edificios públicos (L. I, p. 24).

Ejemplo similar:

Comencé a redactar estos libros para ti, pues me di cuenta que habías levantado muchos edificios, que estabas levantando otros en la actualidad y que en un futuro pondrías tu empeño en construir edificios públicos y privados acordes a la magnitud de tus hazañas (L. I, p. 25).

Comparable a esto último es lo sucesivo, donde Vitruvio narra sobre la relación con Julio Cesar. Allí la calificación recae sobre el propio Vitruvio, pero de manera indirecta, se narra cómo aquel Julio Cesar ya reconocía su obrar, lo que es enfatizado a su vez por la calificación de Vitruvio sobre Julio Cesar:

Anteriormente había sido conocido por tu padre por mi trabajo y era yo admirador de su valor (L. I, p. 24).

Rescate del olvido

Como adelantamos, el objeto narrado por Vitruvio, diferente del caso expuesto por Schniebs donde lo narrado era de público conocimiento, intenta ser rescatado del olvido y dar justo valor a producciones que se reconoce como no difundidas.

Si pensamos en la variable del reconocimiento de lo olvidado, el narratario es el antónimo perfecto ya que es la figura más reconocida, pero tanto las obras a narrar como el narrador se construyen como el esfuerzo por sacar a la luz y perpetuarlos en el reconocimiento público, movimiento fundamental para la construcción del exemplum puesto que no se puede construir como modelo algo que se desconoce. O más aún, si la intención de Vitruvio es la de construir el corpus arquitectónico que antes de él no existía (McEwen, 2003, p. 12), es porque este en grandes partes había sido olvidado o ignorado. Esto suma dos variables a observaciones ya realizadas, la batalla en contra del olvido, que es igual a decir la batalla a favor de la permanencia; tiene dos versiones:

1. Por un lado, simple: elevar el reconocimiento de algo conocido:

Quienes han expuesto en muy gruesos y amplios volúmenes, ¡oh César!, sus propias reflexiones y normas, fruto de su talento, han aumentado con sus publicaciones una muy meritoria e importante autoridad. Hecho que también quedaría reflejado en nuestro estudio si por su gran extensión y por las normas que vamos describiendo nuestra autoridad quedara reforzada (L. V, p. 114).

Sin embargo, en este caso el mecanismo del exemplum no es perfecto, ya que se lo toma como positivo, pero a continuación se acusa que su utilidad es limitada (en particular por la extensión y complejidad, particularidad de la narración sobre Arquitectura) e inmediatamente se informa cómo se salvará dicho problema, posicionando al texto nuevo como superador de aquellos antecedentes. Así el objeto que es calificado como ejemplar es contenido y a la vez superado por la nueva producción:

Pero […] los tratados de Arquitectura no son como los libros de historia o de poemas. […] Los tecnicismos propios y, a la vez, necesarios de este Arte provocan cierta oscuridad al no estar los lectores acostumbrados a ellos. […] Por tanto, explicaré con breves palabras esta oscura terminología y las complejas medidas de las partes de los edificios, con el fin de que se graven bien en la memoria (L. V, p. 114).

Por otro lado, en dos movimientos conjuntos: traer al conocimiento lo desconocido y olvidado y posicionarlo a la misma altura que aquello que sí se conoce. Es la introducción al Libro III un ejemplo de ello:

Han permanecido en el recuerdo perenne para toda la posteridad […] Mirón Policleto, Fidias, Lisipo y otros muchos que alcanzaron la gloria gracias a su habilidad artística. […] Pero, quienes con similar afición, ingenio y habilidad realizaron obras perfectas y extraordinarias, tanto para sus conciudadanos como para los que poseían escasos medios económicos, no llegaron nunca a alcanzar ningún reconocimiento, pues fueron burlados por la Fortuna. […] Por tanto como era del agrado de Sócrates, si los sentimientos, opiniones y conocimientos científicos se hicieran prosperar mediante enseñanzas prácticas, serían claros y transparentes y no prevalecerían ni la influencia ni la parcialidad. […] Por ello, pasaré a mostrar las cualidades de nuestros conocimientos, mediante la publicación de estas normas (L. III, p. 80).

Podemos leer un efecto de espejo al pensar la obra de aquellos narradores como desconocidos en el espacio público con relación a la carrera misma de Vitruvio, y entender así un juego doble; De Architectvra rescatando experiencias que la parcialidad ocultó y a la vez el texto fijando la figura de Vitruvio en la historia.

En la cita completa, que sería por demás extensa, se confrontan la figura de la Sabiduría (encarnada en la figura de Sócrates, relacionada con las opiniones, podemos pensarlo también en relación con el narrar o enseñar) con la figura de la Naturaleza que no se manifiesta de manera clara, que en su desarrollo hace imposible un equitativo juzgar de los hombres por los hombres. Es entonces la función de la narración salvar esa injusticia del decurso natural, rescatando figuras, fijando esas y otras en el espacio público del conocimiento.

Similar caso se da en el inicio de la breve introducción del Libro IV. Allí el exemplum funciona como negativo, e incluye el movimiento hacia lo positivo. El enfrentamiento contra el olvido se ve acompañado mediante el paso de los textos previos desordenados hacia la propuesta de De Architectvra como el compendio que construye el orden definitivo:

Al haber observado, ¡oh Emperador!, que muchos autores nos han legado unas normas de arquitectura y unos volúmenes desordenados y apenas esbozados de comentarios, como si fueran partículas errantes, he pensado que era conveniente y muy práctico reconducir previamente todo el conjunto de estas enseñanzas a una regulación definitiva (L. IV, p. 96).

Mecanismos de validación

Un mecanismo usado repetidas veces por Vitruvio es la anécdota en la que se desarrolla cierta situación que le es útil para mostrar como una forma de actuar o pensar fue validada previamente. Ello genera que por el mecanismo de la narración se valide también el actuar del narrador Vitruvio. Es este un punto clave ya que permite direccionar los sentidos de lo narrado, buscando así los elementos de la dignidad de la obra de Vitruvio. Lo que es importante destacar aquí es cómo se validó aquella acción del pasado, que no tendrá paralelo en la experiencia de Vitruvio:

1. Aquella validación puede ser por repetición en el tiempo. Una sucesión de casos en la historia en que cierta figura actuó o pensó de manera similar a la que está narrando Vitruvio valida su narración:

Concluyendo, ya que físicos, filósofos y sacerdotes mantienen la teoría común de que en todas las sustancias está presente la fuerza del agua como elemento constitutivo, he pensado que […] (L. VIII, p. 193).

En esa enumeración de físicos, filósofos y sacerdotes se resumen numerosas figuras citados en párrafos previos: Tales de Mileto, Heráclito, “los sabios sacerdotes de los Magos”, Pitágoras, Empédocles, Epicarmo, “otros físicos y filósofos”, “la Mente Divina”, “quienes ejercen las funciones sacerdotales, cumpliendo los ritos egipcios”.

2. Aquella validación puede ser por el juicio de un tercero. En el caso del Libro VII, se suceden dos anécdotas: en la primera se valida el accionar de Aristófanes bajo el juicio de los reyes Atálicos y en la segunda los múltiples juicios aceptados sobre Zoilo:

[Aristófanes] indicó que solamente uno de ellos era un auténtico poeta y que los demás habían plagiado sus poemas y lo que se debía juzgar no eran los poemas plagiados sino los poemas originales y auténticos. […] Mando el rey [Atálico] que fueran [los poetas que cometieron plagio] tratados como ladrones [y] colmó de regalos a Aristófanes y lo nombró máximo responsable de la biblioteca (L. VII, p. 166).

Algunos aseguran que [Zoilo] fue crucificado por orden de Filadelfo; otros, que murió lapidado en Cos, y otros que fue quemado vivo en Esmirna (L. VII, p. 167).

Yo no publico estos volúmenes plagiando títulos ajenos, apropiándome bajo mi nombre; ni voy a censurar las ideas de ningún autor reconociéndolas como su fueran originales mías, sino que quiero mostrar mi agradecimiento sincero a todos los escritores pues, al recopilar sus extraordinarios logros a lo largo de los tiempos con habilidad y talento, nos han dejado un verdadero caudal de todos los géneros literarios, de donde […] logramos unas posibilidades más elocuentes y más viables para escribir (L. VII, p. 167).

En la tercera cita se puede evidenciar como las anécdotas se plantean como una validación del actuar del narrador; es así que la anécdota a narrar es juicio y utilización de la historia. Aquí se realiza un juego complejo donde el narrador se coloca en paralelo a otra figura narrada (Aristófanes y Zoilo en este caso) buscando que el juicio que se narra sobre estos sea asimilable a la figura de Vitruvio, siendo que aquel juicio es realizado por una figura de autoridad (reyes Atálicos).

Similar, pero de manera indirecta y compleja, en el Libro VIII se cita el reconocimiento de los “antiguos griegos” para sus mejores atletas y la falta de reconocimiento a escritores (cita a Platón, Pitágoras, Arquímedes, Architas, Eratóstenes y Demócrito). Allí, al reconocimiento en honores y pagos que la tradición otorga a los atletas, se le agrega la variable de la utilidad y de la perdurabilidad de sus aportes. La lógica que se puede leer allí es que aquellos honores y pagas validaron a los atletas, y estando moralmente por encima los escritores, aquellos reconocimientos son válidos para los escritores también, y, por ende, para el propio Vitruvio, que a la altura del Libro IX ya ha insistido extensamente en la utilidad de De Architectvra:

Las sugerencias de hombres tan notables no solo son perfectamente eficaces para mejorar las costumbres, sino que además prestan un gran servicio a todos los hombres, cuando el prestigio que consiguen los atletas se desvanece en breves años (L. IX, p. 221).

Se puede citar un tercer ejemplo análogo, perteneciente al Libro X, en el que la ley de la “ciudad griega de Éfeso” castiga el erróneo (o malicioso) cálculo del presupuesto para una obra de arquitectura. Tal caso le es útil a Vitruvio para justificar la escritura minuciosa de este libro, siendo interesante que este sí es el único ejemplo que refiere a la construcción de edificios, pero justamente es utilizado para validar la escritura sobre máquinas de guerra. Aquí el juego es validar el posicionamiento que Vitruvio toma con respecto a la importancia de la planificación minuciosa al narrarla en paralelo al juicio ejercido por la ley de Éfeso:

En la célebre e importante ciudad griega de Éfeso sigue vigente una antigua ley […]. Cuando un arquitecto acepta la responsabilidad de una obra de carácter público, presenta el presupuesto de los costes estimados hasta finalizar la obra, una vez entregados sus cálculos, todos sus bienes son transferidos al magistrado, hasta que la obra quede totalmente concluida.

¡Ojalá los dioses inmortales hubieran sancionado esta misma ley entre el pueblo romano!

Ya que no hay vigente ninguna ley ni ninguna disposición […] que obligue a esta provisión y ya que los pretores y ediles asumen el deber de preparar los aparatos mecánicos para los espectáculos que se ofrecen cada año, me ha parecido importante, Emperador, explicar en este libro los principios que regulan tales aparatos mecánicos (L. X, p. 246).

Resulta interesante pensar tres elementos presentes en el extracto: la fuente de la valides tanto por la calificación de la ciudad, célebre e importante, como también por la temporalidad misma de la ley antigua; el énfasis de ese pedido a los dioses inmortales; y la problematización de la vacancia. La conjugación de esas tres variables recae en el propio Vitruvio: es él quien a lo largo de todo el texto retoma la tradición compilándola, ordenándola y ponderándola en De Architectvra, es él quien responde a un llamado que efectivamente nadie le hizo al escribir para el emperador o para los dioses, y es él quien mediante De Architectvra operara en el entramado de su sociedad.

Conclusión

Del análisis realizado, entendemos que De Architectvra puede ser satisfactoriamente leído como una pieza narrativa en sus introducciones. Ello nos permitió construir ciertas fuentes de sentido para el resto del texto normativo. En los estudios que se realizan sobre De Architectvra, mayormente las introducciones no son el material más citado, y sí lo son, naturalmente, el cuerpo de los distintos libros. Hemos podido evidenciar como las introducciones son el espacio dondeel narrador toma suma complejidad y recurre a elementos externos a la mera producción arquitectónica para especificar los sentidos de lo sucesivo.

Entendemos que la figura del exemplum nos ha permitido reflexionar cómo el tratado, que se muestra en cierta manera objetivo, mediante los mecanismos de la narración direcciona las representaciones. El anecdotario que recorre los diez libros es una característica que intentamos subrayar para evidenciar las introducciones como el campo de batalla desde el cual De Architectvra intenta posicionarse hacia la historia.

Mecanismos como la construcción de sus personajes, ya sea por su forma de calificarlos como por la forma de calificar su obra, nos permitió entender hasta qué punto el narrador se posiciona dentro de la discusión, enfatizando su lugar dentro de la disciplina que está narrando.

En el apartado sobre el trabajo con su pasado, en la selección sobre los materiales a rescatar, pudimos evidenciar cierto carácter historiográfico del narrador vitruviano con relación a la construcción de una tradición; mediante el rescate de unos elementos y la síntesis de otros; es en esta construcción donde el narrador vitruviano ingresa en la escena narrada al colocarse como la continuación de esa línea que él mismo construye.

En relación con el punto que nos resulta más significativo, la figura del exemplum ha sido útil para pensar cómo se construye la fuente de valor de la obra emprendida por Vitruvio. Hemos podido allí estudiar los caminos mediante los cuales se transfiere la valides de postulados del pasado hacia los postulados de la empresa mismo de Vitruvio; es así que la construcción de la narración y el uso de una escena ejemplar son una construcción conjunta.

Para finalizar, queremos destacar como estas observaciones realizadas sobre De Architectvra permiten reflexiones extensivas a otras piezas narrativas, al identificar que el caso particular del arquitecto, como narrador, posee en sí mismo cierto carácter intradiegético al narrar sobre la disciplina misma en la que participa. Es tal vez ese el avance que el estudio narratológico sobre la historiografía arquitectónica puede aportar a los estudios narratológicos en general ■


REFERENCIAS

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NOTAS

1.  Este mismo enfoque es trabajado por el autor en su tesis doctoral referida a las narraciones históricas contenidas en los planes reguladores producidos para la Ciudad de Buenos Aires.


2.  Todas las citas son de la traducción realizada por José Luis Oliver Domingo (Vitruvio, 1995). Para una mayor síntesis se citó mediante el número de Libro (del I al X) y el número de página.



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Gutiérrez, J. J. (Noviembre 2021 – Abril 2022). Narradores, narratario y narrados para la construcción del exemplum en De Architectvra. [En línea]. AREA, 28(1). Recuperado de https://www.area.fadu.uba.ar/area-2801/gutierrez2801/

Magíster en Políticas Sociales por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Arquitecto por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU-UBA). Becario CONICET entre el 2019 y el 2024. Investigador Formado del Centro de Investigaciones de la Historia de la Vivienda en América Latina (CEIHVAL) e Investigador Principal del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estética “Mario J. Buschiazzo” (IAA-FADU). Ha participado de varios proyectos grupales de investigación. Es autor y coautor de diversos artículos científicos y exposiciones en congresos referidos al Urbanismo en Buenos Aires, la historia de la Arquitectura de la UBA y la historiografía de la Arquitectura Argentina.